El gigante angloholandés Shell anunció este jueves su intención de invertir 10,000 millones de dólares en Brasil, principalmente destinados a proyectos de cooperación con Petrobras en la exploración de petróleo en las capas presal.
El anuncio se hizo al día siguiente de la aprobación por el Congreso brasileño de un nuevo marco regulatorio que elimina la obligación de que Petrobras sea la única operadora en tareas de exploración, evaluación de áreas y perforación de los bloques en aguas profundas.
La suma incluye proyectos ya anunciados, como el de la perforación en el área de Libra, operada en conjunto por Petrobras (40%), Shell (20%), la francesa Total (20%) y las chinas CNPC y CNOOC (10% cada una).
“Al mismo tiempo buscaremos nuevas oportunidades, por ejemplo en las subastas del año que viene, y en nuevas subastas en el presal que puedan surgir después de 2018”, dijo a periodistas el presidente de Shell Mundial, Ben van Beurden, tras ser recibido por el presidente brasileño, Michel Temer, en Brasilia.
El proyecto de ley votado por los diputados elimina igualmente la obligación de que Petrobras participe con un mínimo de 30% en el capital en los campos de petróleo de las capas presal.
La nueva legislación, que debe ser promulgada por Temer, rompe un tabú defendido históricamente por nacionalistas y por la izquierda. La nueva normativa determina que Petrobras tendrá la preferencia para operar los bloques del presal, si así lo solicita, pero que en caso de verse imposibilitada de hacerlo o de no manifestar interés en ello, los grupos inversores asumirán íntegramente esa responsabilidad.
En la práctica, la medida abre posibilidades de que empresas extranjeras participen en solitario de próximas subastas de los bloques situados en aguas ultraprofundas del océano Atlántico.
Los inmensos yacimientos del presal, descubiertos en 2007, están ubicados a unos cinco kilómetros de profundidad, frente a las costas de los estados de Rio de Janeiro, Sao Paulo y Espirito Santo.
Petrobras, con sus cuentas golpeadas por el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil y por el desplome del precio del barril, anunció el mes pasado un recorte de 25% de sus inversiones en el período 2017-2021.