La emblemática Sancor Cooperativas Unidas Limitada atraviesa un nuevo episodio en su prolongada crisis financiera. El juez Guillermo Adrián Vales, a cargo del Juzgado Civil y Comercial de la 4ta. Nominación de Rafaela, ordenó la apertura del concurso preventivo de acreedores con el objetivo de evitar la quiebra.
Durante los últimos años, la empresa líder en la industria láctea ha enfrentado dificultades económicas significativas, cediendo parte de sus negocios a otras compañías. Actualmente, su deuda con el fisco y compromisos laborales asciende a US$ 400 millones.
El conflicto con el sindicato de lecheros, Atilra, derivó en una serie de despidos. En las últimas semanas, más de 300 empleados recibieron telegramas de cesantía, lo que se suma a una drástica reducción de personal en años anteriores. La formalización del concurso preventivo busca dar un respiro a la empresa para reestructurar sus obligaciones económicas y preservar su operatividad.
La resolución judicial categoriza el caso como “Gran Concurso-Categoría A” y designa una Sindicatura Plural para supervisar el proceso. Asimismo, establece el 29 de mayo de 2025 como fecha límite para que los acreedores verifiquen sus créditos y el 1 de julio como plazo máximo para impugnaciones. Durante este tiempo, se suspenden los juicios previos y las interrupciones de servicios por deudas anteriores al 3 de febrero.
Además, se conformó un Comité Provisorio de Acreedores con la intención de garantizar que Sancor continúe inscripta en el Registro de Importadores y Exportadores, facilitando así su continuidad operativa.
En su fallo, el juez Vales expresó: “La cooperativa no puede afrontar sus obligaciones actuales. Se trabajará junto a los acreedores para evitar su quiebra, ya que el objetivo principal es preservar los puestos de trabajo y la actividad productiva”. También destacó que el proceso tendrá un impacto significativo en la comunidad, dado el rol estratégico de Sancor en la cadena alimenticia nacional e internacional.
Un deterioro progresivo
Fundada en 1938 en Sunchales, Santa Fe, Sancor fue durante décadas la mayor empresa láctea del país. No obstante, desde 2016 emprendió una reestructuración que redujo su planta de 5.100 a 1.350 trabajadores, sin contar los recientes despidos.
En su intento por mantenerse a flote, la cooperativa vendió su línea de productos frescos y transfirió varias plantas industriales: Coronel Moldes y Centeno pasaron a manos de otras empresas, mientras que su sede en General Charlone también fue cedida. En 2018, se desprendió de sus establecimientos en Morteros y Chivilcoy por 45 millones de dólares, y anteriormente la danesa Arla Foods adquirió el 50% de la sociedad en la planta de Porteña por 33 millones de dólares.
El gran desafío de Sancor hoy es encontrar un socio estratégico capaz de asumir su millonaria deuda y aportar capital para revitalizar su producción. Mientras tanto, los tambos buscan otras alternativas comerciales ante la incertidumbre financiera de la cooperativa.