La pandemia trajo un cambio en la demanda del mercado inmobiliario que de a poco va retomando su plena actividad. Así lo sostuvo el gerente de Grupo AM, Ari Milsztejn y explicó que las circunstancias vividas desde 2020 llevaron a “una migración de urbano a suburbano” hacia el oeste, tanto Funes como Roldán, sin embargo, Rosario tuvo la particularidad de sostener una “migración cruzada”.
En este sentido, Milsztejn notó “un mercado de compradores bastante especulativos, o sea, es un momento atractivo para entrar” a invertir debido a que “siempre la tierra y el ladrillo es un resguardo”.
Para el empresario hoy la construcción cambió de “location”, donde la ubicación prevalecía por sobre el resto, para pasar a ser “timing”, donde el tiempo y la cercanía con los servicios es fundamental.
En este contexto, planteó: “Argentina con todos los problemas que tiene, presenta una oportunidad de mercado inmobiliario”. Además, destacó que Rosario tiene la fortaleza de ser una ciudad “de 15 minutos” por sus cercanías e inmediatez.
El mercado de las oficinas
En otra línea, Milsztejn habló sobre una tendencia que se viene replicando, como las oficinas dentro y fuera del centro de Rosario: “Hay que dividirlas en dos grandes grupos:, las corporativas que solo hay dos o tres edificios en toda la ciudad y las oficinas más chicas, que abundan”.
“Estas últimas reaccionaron rápido y están ocupadas casi al 100%, las corporativas están demorando más”, contó el empresario, no obstante, remarcó que “somos animales de costumbres y necesitamos trabajar presencialmente, por lo que de a poco se va a volver (a las oficinas)”.
Otra de las características que evidenció fue el “corrimiento” de las oficinas céntricas a los barrios: “Por ejemplo, la gente se fue a vivir a zona oeste y no tenían desarrollo de oficinas, pero ahora hay varios de usos mixtos para los que viven allí no tengan la necesidad de trasladarse al casco urbano”.