Convertido en Ley el Régimen de Incentivo a la Construcción y a la espera de su reglamentación, ON24 dialogó con el empresario Ricardo Griot, Vicepresidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
Activo participante en las instancias preliminares a la promulgación de la Ley, el CEO de Pecam, destaca los puntos salientes de la normativa marcando diferencias con blanqueos anteriores.
“Por un lado la ley tiene incentivos fiscales para quienes inviertan capitales declarados en proyectos inmobiliarios, eximiendo del impuesto sobre los bienes personales al valor de las inversiones en emprendimientos inmobiliarios realizados hasta el 31 de diciembre de 2022 inclusive, pudiendo alcanzar el incentivo hasta un 3,5%”.
Otro estímulo importante que destaca el empresario es para aquellas personas o empresas que vendan terrenos para construir inmuebles en el que se invertirá el dinero blanqueado. En tal sentido, los vendedores del terreno, podrán pagar el impuesto correspondiente a la venta una vez finalizada la construcción, no ajustándose el gravamen a pagar por ningún índice inflacionario.
En relación al blanqueo de capitales en moneda nacional y/o extranjera, Griot destaca el amplio espectro de proyectos inmobiliarios privados que van desde torres premium a viviendas económicas. En efecto es el gran diferencial del nuevo blanqueo 2021, que comprende todas las escalas terminando en usuarios finales que estén en la etapa de construcción o inicio de obra de una vivienda.
“Es un incentivo a la construcción, no a la gente. El gobierno entendió que el sector de la construcción privada es dinamizador de la economía y resigna la percepción de impuestos para motorizar el crecimiento”, explica, ampliando detalles de los trabajos que llevó adelante el sector privado con el gobierno para intentar arribar a una ley que estimule su adhesión y no quede en letra muerta.
La Ley de estímulo sale además en un momento oportuno, la construcción pese al golpe que acusó con la cuarentena estricta, reaccionó favorablemente gracias a la confluencia de algunos factores. “Tuvimos y seguimos teniendo -aunque algo menos ahora- precios muy baratos en dólares, la gente comenzó a comprar terrenos para construir durante el año pasado. En el país -previo a la pandemia- se gastaba en esparcimiento -turismo, recreación- $800.000 millones por mes. Durante la cuarentena, una parte de eso fue a la construcción”, aporta Griot destacando a la construcción como una de las pocas alternativas atractivas a la hora de invertir.
Ya promulgada la Ley de Incentivo a la Construcción, entra ahora en la etapa de reglamentación, un paso final decisivo para una eficiente aplicación de la norma. En este sentido, el titular de Pecam aseguró: “Es importante que la reglamentación no altere el espíritu de la ley y creo que está encaminado hacia ese lado. Desde el sector privado se trabajó intensamente con el Ministerio de Economía y la AFIP”, resaltando además el trabajo en conjunto de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos, la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Buenos Aires y la UOCRA.
Desde hace dos años Ricardo Griot trabajó intensamente por la unión de los actores privados en una misma mesa de diálogo, unión que fortaleció la posición de un sector a la hora de elaborar una norma que sea efectiva en su adhesión.
“Es una conquista enorme, una oportunidad para el que desarrolla y para el que invierte. A su vez genera una competencia entre las provincias a la hora de atraer inversiones en su territorio. Es una oportunidad también para que los estados provinciales generen alguna rebaja impositiva y a su vez, las ciudades también entren en esta competencia, pudiendo generar condiciones atractivas para la construcción, en definitiva, el que blanquea sale a buscar el mejor lugar para invertir”