“Only in Argentina. The Oportunity” dice la carátula de Cima, el documento fechado en julio de este año que da detalles de un plan para quedarse con la agroexportadora Vicentin que cayó en desgracia hace cuatro años y su destino aún vaga en despachos judiciales.
El plan de adquisición es liderado por el empresario rosarino Mariano Grassi, titular de Commodities S.A uno de los acreedores en sociedad con el estudio jurídico Casanova y un grupo de técnicos con amplia experiencia en cargos gerenciales en agroexportadoras.
Según el documento al cual accedió en exclusiva LPO, Grassi les ofrecería a potenciales inversores un plan para adquirir las acreencias de los bancos internacionales a través del Crown Down, la maniobra que impulsó Grassi para quedarse con Vicentin.
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En ese sentido, el titular de Commodities S.A. propone adquirir la deuda consolidada a los bancos internacionales por el monto acordado con el Inversionista Financiero en 11.50 centavos por dólar y hacerse de 20 centavos luego de un año tras la homologación.
La alternativa que Grassi presenta como mucho más beneficiosa para los inversionistas es la del Crown Down y hacerse de la empresa con lo cual promete una TIR -Tasa Interna de Retorno- del 100% en dos o tres años.
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Además, quedó expuesto el vínculo estrecho entre Grassi y el bufete de abogados Casanova-Salvatierra que “participa activamente en este proceso, presentando una propuesta en el marco de una asociación estratégica”, sostiene la carpeta.
La triangulación entre offshore
Para concretar el Crown Down Grassi necesita fondos y el mecanismo lo detalla en el capítulo “Préstamo para compra de deuda bancaria: Estructura y camino crítico” donde los acreedores de otorgan un préstamo a la compañía uruguaya Soripel.
A su vez, Soripel tendría las acciones empeñadas a favor de los acreedores y extiende ese préstamo que se calcula en 72 millones de dólares a Deep Cap, una offshore de Luxemburgo “con el único propósito de Adquirir la deuda de instituciones financieras extranjeras que han sido verificados en la quiebra de Vicentin”, o sea, comprar las acreencias de los bancos internacionales.
Sin embargo, empresarios de Rosario que estudiaron al detalle la propuesta de Grassi y hablaron en estricto off con LPO explicaron que entre Soripel y Deep Cap hay una serie de triangulaciones en paraísos fiscales inquietantes.
La misma compañía Soripel S.A. se creó en septiembre de 2022 en Montevideo, Uruguay como sociedad de inversión y no cuenta con movimientos. En el sector sospechan que fue constituida como engranaje para quedarse con Vicentín. Su presidente es Esteban Nofal quien también es el titular de la Alyc -Agente de Liquidación y Compensación- Cima que aparece como la autora de la propuesta de Grassi.
Ahora bien, ¿Cómo se fondea Soripel? se preguntaron en el mercado: A través de otras tres sociedades off shore vinculadas a los interesados; Scarlet Sunset Ltd. pondría 20 millones de dólares. La sociedad está registrada en Bahamas y estaría relacionada a Grassi, según los Panamá Papers.
El otro socio sería Comfi S.A. que preside Diego Feser y sus apoderados son los abogados Leandro Salvatierra y otros socios del estudio Casanova. Presta 7.5 millones de dólares. El tercer aportante que se habría comprometido con 33 millones es Invergrain Corp radicada en Islas Vírgenes que tendría el rol de financiar la compra de créditos y luego vender su posición.
Además, Soripel adquiría los créditos a través de Avir South, otra firma asociada a Nofal que también está radicada en Luxemburgo. Esta actuaría como cesionaria de los títulos de los bancos extranjeros.
Todas estas sociedades forman parte de un meticuloso esquema donde cada actor cumple una función definida con los objetivos de desplazar a los actuales directorios de Vicentín y hacerse de la empresa, un holding con activos multimillonarios como detalla el escrito que circuló entre el empresariado rosarino.
Fuente: La política online