Luego de más de un año de planificación y trabajo minucioso, el 23 de octubre finalmente abrió sus puertas en Rosario la reconocida chocolatería Rapanui, un nuevo referente en la ciudad para los amantes del chocolate y el helado artesanal. La famosa marca barilochense eligió para su locación una histórica casona en Boulevard Oroño 1053, concretando así un ambicioso proyecto que combina un estilo arquitectónico distintivo y un diseño pensado para realzar la experiencia del cliente.
Desde un principio, la familia Fenoglio, titular de Rapanui, sabía que la ubicación en Oroño era prioritaria. El primer sitio que evaluaron, una casona en Oroño y Catamarca, no pudo concretarse debido a diferencias en el diseño con los propietarios, quienes finalmente optaron por otro destino para el inmueble. Sin embargo, Rapanui mantuvo la colaboración con Moreno Arquitectura, estudio rosarino con experiencia en proyectos comerciales, y pronto encontraron el lugar ideal en la antigua sede del Banco Santander, donde se comenzó la transformación en agosto de 2023.
El proyecto de remodelación ha sido ambicioso: la casona de 521 metros cuadrados se amplió con 167 metros cuadrados cubiertos adicionales y 95 metros cuadrados semicubiertos, alcanzando un total de 783 metros cuadrados de superficie. Se agregó una terraza de 120 metros cuadrados, equipada con pérgolas semicubiertas, que ofrece un espacio al aire libre para los visitantes. La planta baja está destinada principalmente a la chocolatería, mientras que el primer piso alberga la cafetería, creando un ambiente multifuncional. Además, una escalera semicaracol conecta directamente el espacio de heladería con la terraza.
El arquitecto Juan Manuel Gutiérrez, de Moreno Arquitectura, explica que el proceso de remodelación no fue sencillo. La estructura original, previamente ocupada por oficinas y antes por una vivienda, necesitó importantes modificaciones, entre ellas la eliminación de las paredes en la planta baja para abrir el espacio al estilo comercial que Rapanui requería. “El proyecto tiene elementos únicos, como la cinta de hormigón que conecta las áreas y la escalera de diseño exclusivo. Son detalles que no suelen encontrarse en la arquitectura comercial tradicional y que marcan la diferencia”, destacó Gutiérrez.
El jardín que originalmente tenía una pileta fue renovado y convertido en un patio que, además de la terraza y el balcón del primer piso, se integra visualmente con la cafetería a través de un puente semicubierto. Rapanui también obtuvo habilitación para recibir hasta 200 personas en su nuevo espacio, lo que lo convierte en un punto de encuentro ideal para disfrutar tanto de sus famosos chocolates y helados como de su servicio de cafetería.
La participación de Pilotto Sanguinetti, el estudio de Buenos Aires encargado de todos los proyectos de Rapanui, sumó la visión de marca al proyecto, mientras que Moreno Arquitectura aportó la experiencia local en la dirección de obra. La colaboración con la Oficina de Patrimonio Histórico de la Municipalidad de Rosario también fue clave, ya que, aunque el edificio tenía una protección patrimonial baja, se buscó respetar su arquitectura original y se trabajó para poner en valor la escalera central y el tapial exterior que da al boulevard.
Esta inauguración marca un nuevo capítulo para Rapanui, que logra adaptarse a las características de Rosario sin perder su esencia patagónica. La marca, que llegó para quedarse, espera ser un ícono en el paseo por Boulevard Oroño, ofreciendo a los rosarinos y visitantes una experiencia gastronómica que une tradición y modernidad en cada detalle.