Piden que impuestos de municipios y provincias también sean detallados en los tickets de compra

Así lo solicitaron desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas. “Las provincias se resisten porque quedan en evidencia”, indicaron.

Los autoservicios mayoristas solicitaron un “cambio de enfoque” en las demandas para mejorar la competitividad, enfocándose en la necesidad de una reforma impositiva que reduzca la presión fiscal a nivel nacional, provincial y municipal, en lugar de pedir una devaluación del peso.

Este reclamo fue realizado por la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam), que señaló que los impuestos y tasas representan el 49% del precio final que pagan los consumidores.

En ese sentido, el gobierno nacional, desde el 1° de enero, las grandes empresas deben cumplir con la nueva normativa de transparencia fiscal, que exige detallar en los tickets y facturas el monto del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros impuestos que inciden en el precio final de los productos.

Esta medida, impulsada por el Gobierno nacional, busca informar a los consumidores sobre el impacto de los tributos en sus compras, aunque sólo rige para los impuestos nacionales y no para otros que implementan los estados en ciudades y provincias del país.

“Durante todos estos años estuvieron escondidos los impuestos municipales y provinciales detrás de los productos. Ahora salió una legislación nacional que busca la transparencia y que todos los impuestos nacionales, a partir del primero de enero, tienen que estar transcritos en el ticket o factura que hagan, sea en una ferretería o en un supermercado”, sostuvo el vicepresidente de Cadam, Armando Farina.

El empresario aclaró que la ley es nacional y es necesario que las provincias se adhieran. “Las provincias se están resistiendo a suscribir porque no quieren mostrar la carga positiva oculta que hay detrás de lo que consume la gente, y los municipios menos todavía la quieren mostrar. Es una cuestión de transparencia y pedimos que se sumen”, dijo Farina.

Desde Cadam consideran que estos tributos que encarecen el precio de los productos terminan siendo “injustos” y constituyen una “competencia desleal”.  “El partido de 3 de febrero en la Provincia de Buenos Aires cobra el 0,3% de tasas municipales y tenemos Lomas de Zamora que cobra el 6%, es decir, si usted va a un supermercado de Lomas de Zamora, un producto que sale 100 lo va a encontrar a 106, y en el partido del 3 de febrero lo va a encontrar a 100. Eso es competencia totalmente desleal”, ejemplificó.

Los mayoristas afirman que por sí solos no pueden hacer estos cambios ya que temen a represalias municipales que llegan en formas de sanciones o clausuras por parte de los municipios. “Ya ha pasado con las estaciones de servicio que pusieron los carteles que pidió Nación”, dijeron.

Farina también mostró que hay cadenas mayoristas que han decidido cerrar dejar gente en la calle en aquellos municipios que han subido sus tasas municipales, como la cadena Diarco en provincia de Buenos Aires. “Hay otras cadenas que han abierto locales en zonas donde las tasas son mucho más bajas”, agregó.

Cadam se suma a varias otras organizaciones que, en los últimos meses, han estado exigiendo una reforma impositiva para mejorar la competitividad del país frente a la competencia externa, tanto por las altas alícuotas de los impuestos como por los sistemas de percepción y recaudación. Entre estas entidades figuran la Unión Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).

En cuanto a la cadena de producción, desde la salida de fábrica deben sumarse un 21% de IVA, 1,5% de ingresos brutos, 1,2% de tasa de seguridad e higiene y 1,2% de impuesto al cheque.

Para los mayoristas, además, se agregan un 5,5% de ingresos brutos, 1,2% de impuesto al cheque y una tasa de seguridad e higiene que varía según el municipio.

Por su parte, la cadena minorista debe afrontar también un 1,2% de impuesto, tasas municipales de seguridad e higiene que pueden alcanzar hasta un 6%, y otro 5,5% de ingresos brutos.

“En total, de cada $1.000, $490 son impuestos. Este alto peso impositivo no solo eleva el precio de los productos, sino que también perjudica la competitividad del país frente a sus vecinos, que enfrentan una carga fiscal significativamente más baja”, advirtió Cadam.

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