El dólar debe tener “volatilidad”, repite el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger. Eso hizo que en lo que va del año la apuesta histórica de los argentinos a conservar su dinero en dólares haya pasado de ser la más segura a la más riesgosa. Quien compró dólares, ya sin cepo, en febrero, a $ 16, a esta altura del año perdió plata. Quien compró en junio, a $ 14, se siente hoy ganador, pero mira con desconfianza el efecto del blanqueo, que podría volver a apreciar el tipo de cambio.
El segundo problema para los que ahorran en moneda estadounidense es que, en el acumulado de 2016, la inflación le ganó a la devaluación: eso quiere decir que hoy se compra con un dólar menos que lo que se compraba en enero.
En ese escenario, ganan atractivo para los ahorristas conservadores -esos que tienen como opción solamente un plazo fijo o el dólar- los plazos fijos ajustados por unidades de vivienda o UVI, que no es más que una medida que estableció el Banco Central para indexar créditos y depósitos por inflación para que el dinero mantenga el valor de compra.
Si bien la herramienta se anunció en abril último, recién en el último mes tomó fuerza en cinco bancos: Santander Río, Macro, Provincia, Galicia e Hipotecario, y ya captó $ 40 millones en depósitos. El Galicia fue el primero en largar la carrera y tiene casi la mitad de los depósitos en este modelo.
El procedimiento es simple, exactamente igual que un plazo fijo tradicional, con un monto mínimo de $ 1000 y sin gastos de comisión. Eso significa que de la ganancia acumulada el banco no retiene nada, como sí sucede con la compra de bonos, acciones o de Lebac. Tampoco requiere un tipo de cuenta especial -como en el caso de las Lebac y la cuenta comitente-, lo que también evita los gastos asociados, que terminan comiéndose una parte de la rentabilidad.
La contra es que el plazo mínimo del depósito es de 180 días, por lo tanto el dinero debe inmovilizarse por un semestre. Por eso, en el Galicia recomiendan la inversión para ahorristas orientados al mediano plazo. “Lo interesante es que, sea el período que sea, el ahorrista se asegura una tasa de rendimiento que nunca resulta negativa en términos reales, mientras que en los últimos años la tasa de los plazos fijos tradicionales siempre estuvo por debajo de la inflación”, explican en el Hipotecario.
Así, por caso, alguien que a la salida del cepo hubiera invertido $ 1000 en dólares, el 30 de junio hubiera ganado un 8% y tendría $ 1080. Si hubiera hecho un plazo fijo, el mismo inversor hubiera conseguido, en seis meses, $ 1150, y con un plazo fijo en UVI tendría $ 1220. En junio, con las Lebac rindiendo al 30,25% anual, un inversor obtuvo una tasa del 2,5% mensual, mientras que un plazo fijo con UVI rindió 3,1% en el mismo período, que fue lo que midió la inflación el Indec.
La modalidad de las UVI se conoció fundamentalmente porque se implementó también para los créditos hipotecarios, lo que permitió acceder a financiamiento para la vivienda con una tasa de interés baja y una cuota de ingreso baja, pero con el riesgo de que la cuota varía todos los meses según la inflación y que sigue el indicador que, desde junio, volvió a medir el Indec.
En metros cuadrados
La unidad de vivienda se fijó como el equivalente de una milésima parte del valor del metro cuadrado, y como la correlación entre la inflación y el índice de la construcción es muy alta, lo que se actualiza la inversión es casi equivalente a lo que se actualiza el valor de la propiedad. Es una manera indirecta de ahorrar en ladrillos.
Un informe del Banco Central la define así: “El valor de una UVI equivale a la milésima parte del costo promedio de construcción de un metro cuadrado testigo, basado en las cifras conocidas para inmuebles de diverso tipo en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Salta y zona del Litoral (Santa Fe de la Vera Cruz-Paraná), ponderados por población”.
Por ejemplo, alguien que se compra un terreno y piensa en construir en un año con los ahorros que tiene, si guarda ese dinero en dólares corre el riesgo de que la inflación sea más alta que la devaluación. En cambio, si preserva ese dinero en UVI, el valor de compra se mantendrá intacto.
El Central lanzó la herramienta considerando que los argentinos ya tienen cultura de ahorrar en depósitos que se actualizan por inflación. “En 2006, antes de que los índices del Indec comenzaran a perder credibilidad, los plazos fijos en CER llegaron a representar casi el 20% del total de los plazos fijos en pesos del sistema financiero”, explican en la entidad monetaria.
Para los que ahorran para el largo plazo de manera más conservadora -es decir, ahorran y no están pensando en una ganancia o renta de la inversión- las UVI pueden ser también una buena herramienta. Y, en esa línea, el Central está pensando en crear un mecanismo para que también puedan abrirse cuentas a nombre de menores y fomentar así el ahorro desde la primera infancia, replicando el modelo de la libreta de ahorro.
Con todo, para Sturzenegger es clave el éxito de los depósitos en UVI para alimentar el desarrollo de los créditos hipotecarios. “El sistema financiero siempre trabajó sobre la base de que el depositante tenía que subsidiar al tomador de crédito. Cuando podamos entender que tenemos que respetar al depositante, ese depositante va a respetar al sector financiero y vamos a pasar de ese sector financiero que es 15 puntos del PBI a un sector financiero como el de Chile, que es 90 puntos del PBI, y ahí vamos a hablar de crédito en serio”, dijo el titular de la entidad monetaria.