Desde que asumió la presidencia de la Nación Mauricio Macri, en diciembre de 2015, los anuncios de proyectos de inversión sumaron USD 58.600 millones. No se trata de fondos desembolsados, sino de planes de empresas de distintos lugares del mundo, incluyendo la Argentina, para invertir en el país en un plazo de hasta cuatro años. El objetivo oficial, obviamente, es que la mayor cantidad posible de proyectos se vuelvan realidad para que finalmente llegue la tan comprometida “lluvia de inversiones”.
Según se desprende de un informe de la Agencia de Desarrollo de Inversiones, el mapa del origen de estos planes está bien diversificado alrededor del mundo. Pero aún así los planes de empresas locales siguen siendo predominantes: representan USD 23.000 millones (un 34% del total) y suman 243 proyectos.
Luego siguen los anuncios de empresas de Estados Unidos (12%), Canadá (7%) y España (6%), esto demuestra que el 66% de planes de inversión que llegan del extranjero está bien diversificado. Estos serían los tres países que más interés han mostrado por realizar apuestas a largo plazo en el país. Un poco más atrás aparece Japón (con el 5% del total de anuncios) y sorpresivamente Brasil ocupa apenas el quinto lugar con 4 por ciento.
La crisis política y económica que atraviesa el vecino país provocó que muchas empresas de ese origen decidieran retroceder en su expansión regional para concentrarse en el mercado interno. Con el 3% de los anuncios aparecen diversos mercados como Bélgica, Italia, Reino Unido o Corea del Sur.
A pesar de estos millonarios anuncios, todavía es muy poco lo que se ha efectivamente desembolsado. No es novedad que las inversiones reales están tardando en aparecer.
La Agencia encargada de seducir a estos capitales está comandada por Juan Procaccini, que es la cara visible de un grupo de profesionales que se encarga de tomar contacto con cada una de las compañías para facilitarle el proceso inversor. En otras palabras, el objetivo es allanarles el camino para que puedan tomar su decisión lo más rápido posible. Las tareas incluyen desde eliminar trabas burocráticas para conseguir autorizaciones, hasta facilitar charlas con el intendente, gobernador y sindicatos. También analizar necesidades de infraestructura, sobre todo para aquellos planes que se desarrollan lejos de los centros urbanos.
El desafío en relación a atraer inversiones es muy grande, dados los pocos desembolsos que hubo en los últimos años y que llevaron a la Argentina a caer del tercero al sexto lugar en lo que se refiere a Inversión Extranjera Directa. “Estamos en menos de 2% del PBI, cuando el promedio de otros países de la región es de 4,5%. Esto significa que deberíamos pasar de USD 6.000 millones a USD 25.000 millones por año”, señalan desde la Agencia de Inversiones.
La caída ha sido aún más estrepitosa cuando se mide la inversión en términos de PBI. Actualmente la economía argentina está por debajo del 16%, cuando lo razonable es que se ubique entre el 22% y el 24%. Semejante salto representaría una enorme creación de puestos de trabajo y un gran salto para la actividad económica.
La cifra de USD 58.600 millones no proviene de información reservada ni mucho menos. Se trata de anuncios publicados en los medios, que luego son chequeados por el Gobierno, y de empresas que se acercan directamente a los distintos ministerios para manifestar sus planes de inversión en la Argentina.
Pero además del origen de los fondos que tienen planes para invertir en el país, resulta muy valioso también conocer el destino, es decir, cuáles son las provincias que podrían recibir un mayor caudal de fondos y para qué sectores.
De allí surge que la provincia de Buenos Aires lidera la localización de los emprendimientos (USD 15.900 millones), luego siguen Neuquén (USD 8.500 millones por el gran interés que despierta Vaca Muerta) y Salta (USD 4.300 millones).
Entre las provincias más desfavorecidas aparecen Formosa (no recibió un solo proyecto de los USD 58.600 millones anunciados), pero en otras los montos fueron ínfimos como Misiones, Entre Ríos, Santiago del Estero, La Pampa.
También resulta clave entender cuáles son los sectores en donde se concentra el mayor interés de los inversores. Claramente, el rubro energético es el que lidera con comodidad la lista, ya que confluye el gran potencial de la Argentina en ese sector pero también la necesidad de aumentar sustancialmente la oferta energética en el país luego de muchos años de muy poca inversión.
El “top five” de los principales rubros en los que se canalizaría la inversión en la Argentina son los siguientes: petróleo y gas (USD 9.500 millones), minería ( USD) 7.400 millones, bienes industriales (USD 7.200 millones), servicios financieros y real estate (USD 6.600 millones) y tecnología e innovación (USD 6.300 millones). Un poco más atrás aparecen generación eléctrica, retail, energías renovables y agroindustria.