Desde el sector juguetero asoman las primeras previsiones de ventas para la Navidad. Mientras que en el Día del Niño el ticket promedio ha sido de $300 ($100 menos que lo que fue en 2015) para Navidad se espera un monto apenas inferior: $200/ $250 por regalo.
Respecto a la evaluación del año, desde la Asociación comentaron que las ventas no han tenido diferencias importantes con el 2015, tan solo un incremento del 10% en cantidades vendidas y en valores, impulsado por algunos beneficios como el Ahora 12.
“El mercado juguetero se caracteriza por ser siempre optimista. Y se espera que en la temporada de fin de año los niveles de 2015 puedan sean superados. Al terminar la temporada veremos cuan acertados estuvimos en nuestras estimaciones ” afirma el Ing. Carlos Restaino, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines.
Datos a tener en cuenta; el mercado juguetero argentino no supera los USD 450 millones anuales, cifra relativamente baja respecto a otros países. Su objetivo actual es “aumentar la torta”, pasar gradualmente en un periodo de 4 ó 5 años a USD 800 millones. Además en materia arancelaria, el juguete paga un impuesto del 35%, el máximo que se puede aplicar en el país.
Otro tema es la distribución de las autorizaciones para importar. Hace 8 años los jugueteros ocupaban el 60% de las importaciones, hoy ocupan poco más del 25 % . Los mayores importadores de juguetes no son precisamente jugueteros, son las grandes superficies (supermercados y tiendas) y las empresas de comidas rápidas o de golosinas (que usan al producto como accesorio).
“Hay que revalorizar y apoyar la función del comercio minorista y las cadenas comerciales especializadas, en las que el personal está entrenado y capacitado para administrar este tipo de productos. Y es idóneo para recomendar, explicar y sugerir la mejor elección de producto a los compradores, para los destinatarios finales” comenta Restaino, agregando la imprescindible necesidad de evitar la compra en la calle o en lugares en los cuales el ingreso del producto es, al menos, dudoso y la certificación de Seguridad de Producto (según normas y políticas vigentes) lo es aún más.