El área macrocéntrica comprendida entre Ovidio Lagos, Santa Fe, Av. Francia y 3 de Febrero, que se anexa al corredor de Mendoza en barrio Echesortu, sigue sumando jugadores gastronómicos que buscan absorber una demanda latente dada por el innegable crecimiento residencial que está alcanzando la zona a partir de una construcción privada que ha acelerado en la postpandemia.
Así, ON24 informaba días atrás de la apertura de la segunda sucursal de la pizzería local La Vecchia Cucina, en Mendoza e Iriondo, a metros del resto pub 372, y también anunciaba la próxima inauguración en Francia y San Juan de una nueva Distinción, la cadena de panaderías de Rosario, también con presencia en Granadero Baigorria, Funes y Roldán, con 22 puntos en total.
Meses atrás, también había desembarcado en la esquina de Mendoza y Vera Mujica Affascinante, otra pizzería que, en aquel momento, ya tenía intenciones de ampliarse y abrir un segundo local.
Ahora, en calle Riccheri al 1200 inauguró en estos días un espacio gastronómico destinado a la sanguchería tradicional, bajo el lema “no hay pan que por bien no venga”. El lugar se llama, justamente, Bodegón Sanguchero, porque “apostamos a volver a los orígenes” en lo que respecta a sabores y condimentos en el rubro, comentaron a este medio los dueños de la propuesta.
Se trata del primer local que abren en la ciudad y, según comentaron, buscaron desembarcar en un lugar que se encuentre “lejos del caos” céntrico y de la movida de Oroño y Pichincha para lograr una impronta más tranquila.
Su impronta de “neo-bodegón”, como la definieron, se deja apreciar también en los platos de chapa en los que sirven varios de sus sanguches de elaboración propia en un espacio que cuenta con disponibilidad para unos 40 comensales, entre mesas internas y espacio exterior.
Jamón crudo, pepinillos, ajíes el vinagre, salame, bondiola, rúcula, queso tybo, arrollado de carne, cantimpalo, lomo ibérico, alioli, son algunos de los productos que conforman la variedad de sanguches, que se completa con el abanico de panificados (francés, ciabatta, focaccia, árabe) tanto destinado a menú del mediodía como de la noche. “No panceta ni cheddar”, se despegan.
En tanto, a la carta gastronómica propiamente dicha se le suman las propuestas de postres tradicionales, como flan o queso y dulce, más un abanico de cafetería y panadería para los desayunos y meriendas, y bebidas como el vermut o la sidra. Consultados sobre cómo se posicionan en precio, apuntaron: “Por debajo del promedio”.
REDACCIÓN ON24
