Diego Armando Maradona llegó a Newell´s en 1993 luego de su paso por el Sevilla de España. El hecho ocurrió gracias a una gestión encabezada por Jorge “Indio” Solari, entonces técnico de la Lepra, y la colaboración del exjugador de NOB y excompañero de Maradona en la Selección Argentina, Ricardo Giusti. Su paso por el Parque Independencia duró muy poco tiempo. Jugó apenas cinco partidos oficiales, anotó un gol en un amistoso ante Emelec de Ecuador y se fue a comienzos de 1994. Sin embargo, su vínculo con la institución rosarina perduró en el tiempo.
El presidente leproso en aquellos años era Walter Cattáneo, quien firmó con Diego un contrato por 4,5 millones de dólares que se pagarían con los ingresos que el astro pudiera generar en términos de entradas y publicidad. Solamente en el día de su presentación, el club ya había cerrado un acuerdo comercial por 150 mil dólares con Paladini y otro de 50 mil dólares con la marca de gaseosas Pepsi. El frigorífico estampó su antiguo logotipo como fondo para la primera aparición de Maradona con la camiseta roja y negra en el acto de firma del contrato, en el Estadio Cubierto de Newell´s. Pepsi pudo colocar una de sus típicas latas y un vaso. Un registro fotográfico de aquel momento llegó recientemente a manos de ON24.
El evento fue un preámbulo para la primera salida del capitán de la Selección Argentina al césped del Coloso del Parque, ahora llamado Marcelo Bielsa, vestido de rojo y negro. Ante un estadio colmado, participó de un entrenamiento abierto junto a sus nuevos compañeros, se dejó fotografiar y filmar junto a sus hijas Dalma y Giannina, y saludó a sus nuevos hinchas. Poco tiempo después disputó su partido estreno en NOB ante Emelec de Ecuador, en el que convirtió un golazo propio de su jerarquía. Las ganancias de aquel amistoso alcanzaron para cubrir un tercio del costo total del contrato firmado.
Su debut en campeonatos oficiales sería el 10 de octubre de 1993 ante Independiente. En aquel partido, Newell´s fue derrotado por 3 a 1, aunque Maradona sería ovacionado por ambas tribunas, luego de mostrar un alto rendimiento, tanto futbolística como físicamente. De aquel encuentro quedó inmortalizada una icónica postal en la que Luis Islas le tapa un disparo de rabona que llevaba destino de red.
El siguiente juego fue ante Belgrano, en Córdoba, con quien perdió 1 a 0. Tres días más tarde, empataría 0 a 0 con Gimnasia y Esgrima La Plata. El 28 de noviembre de 1993, tuvo que enfrentar a Boca, dirigido por César Luis Menotti, en la Bombonera. El choque con el ex equipo de Diego terminó 2 a 0 a favor de los locales. El último encuentro oficial que disputó fue ante Huracán, el cual terminó con un empate en 1 y con una lesión muscular que lo alejó de las canchas por dos meses.
Tras su salida, la relación con los hinchas leprosos nunca se interrumpió. “Les pido disculpas a los hinchas de Newell´s por no haber hecho todo lo que esperaban de mí. No voy a olvidarme jamás del recibimiento y de todo el cariño que me dieron”, dijo a modo de despedida.
Hace 19 años, durante su partido homenaje, se despidió entre lágrimas de quienes asistieron al encuentro, vistiendo la camiseta de Boca y sosteniendo una camiseta de Newell´s en una mano. En 2003, mientras se encontraba recluido en Cuba, manifestó su deseo de participar de la fiesta del centenario de la Lepra. En 2006, tuvo su regreso al club que lo trajo de vuelta al fútbol argentino, participando del Showbol, que llegó al Estadio Cubierto de Newell´s.
Allí, una vez más, volvió a ponerse una camiseta roja y negra y a saludar a sus hinchas. Algunos años más tarde, luego de su paso como director técnico de la Selección Argentina, envió un mensaje vistiendo los colores de NOB, con una chicana para Rosario Central.Sin embargo, su momento más emotivo fue durante su arribo como entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata. El 29 de octubre de 2019 volvió a pisar el césped del Marcelo Bielsa, desencadenando una verdadera revolución en la ciudad que incluyó marchas en las calles, una congregación de hinchas frente al hotel Ros Tower y un sinfín de homenajes en la previa del partido. Una cobertura completa de aquel acontecimiento fue publicada por este medio.
Tras su deceso el 25 de noviembre, Newell´s acompañó al resto de los clubes encendiendo sus luces a las diez de la noche. También recibió a sus hinchas para que dejaran ofrendas y recuerdos frente al mural que adorna una de las laterales del estadio. Incluso se pintó un número 10 en la tribuna que lleva su nombre, en un homenaje a un amor que pudo ser efímero, pero que terminó siendo para toda la vida.