Hablando con algunos de los principales protagonistas de este nuevo boom, todos coinciden en que la zona no ha tocado su techo y que será un lugar por excelencia para las próximas inversiones. La cervecería, es cierto, tiene el papel protagónico, pero el barrio recibió además desarrollos inmobiliarios importantes, como Torres Mirador, inaugurado recientemente, y Costavía, todavía en construcción. Según algunos de los actuales emprendedores, una mayor movida comercial ayudaría a impulsar todavía más el lugar.
“Estudiamos otras ubicaciones, pero hoy en Pichincha y sobre todo en la cuadra donde estamos (Jujuy 2286) se concentra la mejor propuesta cervecera de la ciudad y es donde queremos competir, estando a la altura de los mejores”, afirman desde Anker Beer, inaugurado en noviembre del 2018. El que ofrece varias marcas de cerveza artesanal reabrió su concepto, anteriormente emplazado en Forum Puerto Norte, en el inmueble donde hasta hace poco tiempo funcionó Malala. Con nuevos inversores, afirman que el formato les permite establecer un concepto sin las limitaciones de una franquicia.
Peñón del Águila (Alvear 105) fue otro de los grandes lanzamientos de este año. La franquicia cordobesa trajo su reconocida marca que hoy ocupa el segundo lugar a nivel nacional en litros vendidos y su estética tradicional. Grafiti, madera y un servicio distendido que combina pedidos directos en la barra con atención en las mesas, están a la orden del día en la esquina de Alvear y Jujuy. “La marca propone un layout y un dossier sobre cómo debe ser la estética, aunque nosotros siempre buscamos darle un toque”, destacó Martín Ridolfo, su titular.
En Güemes 2520, un poco más alejado del núcleo, Porter Pichincha reformó un galpón para instalar un local con capacidad para 350 personas en el que ofrece más de veinte canillas con distintas marcas de cerveza. Agustín Fagotto, titular del bar, dijo que se hace un fuerte énfasis en la gastronomía, ofreciendo un producto de calidad con alta profesionalización.
Estos tres ejemplos se suman a otros tantos que han llegado en tropel al antiguo Barrio Noroeste. También en este año inauguró Food Park, un patio de food trucks frente a Temple (ex O´Connell´s, en Jujuy y Oroño); los hermanos Mac (Dino, Gaspar y Gregorio) abrieron su propio espacio de coworking y bar en Alvear al 100. A estos se suma otro emprendimiento como Crowland, en Güemes y Ricchieri, una propuesta original basada en la recarga de growlers y latas de cerveza artesanal. También se añade a la lista Pizzería La Gran Argentina, perteneciente a Grupo CH (Chinchibira, Churrasquería, Churrasquito y Birra), abrió sus puertas en diciembre en Francia 199, esquina Salta. La esquina de Oroño y Jujuy, frente a Rock & Feller´s ahora es el nuevo bar de Patagonia (quinto de la marca en la ciudad). A la postre, dos heladerías artesanales se han sumado a la tendencia; se trata de Gianduia que se estableció en la esquina de Salta y Oroño y ya contaba con otra boca de venta en Salta 2412, y de Renato que explota la esquina de Jujuy y Alvear con sus “ice cream rolls”.
Con todo esto, los empresarios y especialistas coinciden en que no se ha tocado un techo todavía y que la zona continuará atrayendo comercios, incluso, de otras ramas. Claro que los nuevos desarrollos inmobiliarios juegan un papel clave en este crecimiento.
Urbanismo
Gran parte de la explosión comercial de Pichincha tiene que ver con los nuevos emprendimientos urbanísticos que allí se están desarrollando. Inversiones de gran importancia y volumen como los ya mencionados Costavía y Torre Mirador ya juegan un papel fundamental a la hora de pensar el barrio a futuro.
“El crecimiento de Pichincha es un derrame de la demanda del macrocentro”, definió Pablo Gagliardo, quien junto a su padre, Rubén, y su hermano, Franco, dirige Grupo Obring, al frente del megadesarrollo Costavía. En una entrevista publicada en el número de agosto de nuestra revista, el empresario destacaba que la gente seguía eligiendo vivir en el centro rosarino y que el oeste era una de las zonas más demandadas.
Por su parte, Fernando Pascual, titular de Pascual Construcciones junto a su hermano, Gonzalo, declaró en una nota publicada en nuestra web el 20 de diciembre: “Pichincha siempre fue quedando relegado, pero de a poco se fueron cayendo los tapiales y los tugurios que existían en esta zona. Somos la cabeza de lanza y creo que en poco tiempo esta zona explota, simplemente faltaba que el real estate ponga un pie en esta intersección de Avenida del Valle y Rivadavia”.
Ambos desembarcaron el barrio con dos conceptos que convivirán con los frentes de casas y edificios antiguos. Costavía es un desarrollo de 50.000 m2 emplazado en Av Rivadavia esquina Rodríguez. Una inversión de 100 millones de dólares que contempla 3 torres de viviendas y un bloque de oficinas que se inician a partir del primer piso, dejando en la planta baja, un espacio público con locales comerciales y calles que unirán Rivadavia con Güemes, generando un nuevo paseo peatonal. Su conclusión se prevé dentro de cuatro años.
Será “un pedazo de ciudad dentro de una ciudad, con viviendas, oficinas y locales comerciales”, conceptualizó Gagliardo. Mientras que en los niveles altos habrá vistas de la ciudad y del río, la planta baja concentrará componentes propios del espacio público. “Es un espacio con multiplicidad de usos, donde todos se sirven del otro. Las oficinas mantienen la demanda de los locales, mientras que el que vive allí tendrá una farmacia a mano o una variedad de servicios profesionales a disposición. Todo encaja”, explicó.
Torre Mirador fue lanzado comercialmente el 19 de diciembre. La obra de Pascual Construcciones ubicada en Avenida del Valle 2799 marca el límite entre Pichincha y Puerto Norte. Cuenta con 17 unidades en las cuales todos los dormitorios son en suite con vestidor; las de dos dormitorios tienen una superficie de 150 m2, los pisos exclusivos de tres dormitorios, 250 m2 o 200 m2. Además, se realizará una apuesta por el diseño y el equipamiento tecnológico personalizado de cada departamento; esto incluye desde pantallas inteligentes hasta sistema de audio y de domótica (sistema que permite automatizar una vivienda), los cuales correrán por cuenta de Barsante Disegno y Ocio Almacén Digital respectivamente.
Según destacaron los Pascual, su difunto padre “fue un visionario en cuanto a la expansión de la ciudad hacia el noroeste”. “Eligió este terreno cuando la zona todavía estaba bastante deteriorada. Estar en este momento aquí parados para nosotros es un orgullo y un homenaje a nuestro padre”, contó Fernando.
Las nuevas torres cambiarán en buena medida el paisaje de un barrio poco acostumbrado a mirar hacia arriba. Del mismo modo, los gastronómicos ya modificaron el aspecto de las calles y paredes. Pero no sólo saldrá distinto en las fotos, Pichincha también cambió su hora de dormir y su dieta.