El gobierno provincial aprieta el acelerador en la articulación con privados para obra pública. Eso se observa en el veloz tránsito de la idea –hasta ahora un boceto que ni siquiera tiene formato digital- que en pocos días se convertirá en un proyecto de ley y será tratado por la Legislatura provincial en sesiones extraordinarias.
La iniciativa pasa por emular el sistema de Participación Público Privada que el gobierno nacional puso en marcha recientemente, y por el cual ya se encuentra licitando obras por 2500 km de rutas, que en su primera etapa intervendrá 6 corredores viales del centro del país por una cifra cercana a los 8 mil millones de dólares. La versión santafesina (Proyectos de Asociación Estratégica), explicada por una de las cabezas del proyecto, el ministro de Economía Gonzalo Saglione, tendrá sus diferencias en cuanto a la negativa de la Provincia para incluir un artículo que le asegure la rentabilidad al inversor, y a resolver los inconvenientes judiciales en otros tribunales que no sean los locales.
Mientras los equipos técnicos garabatean los últimos detalles, Miguel Lifschitz apura el debate y sondea el panorama de una Legislatura que atraviesa un clima enrarecido. Según confirmaron fuentes cercanas al Congreso provincial, se espera que el gobernador envíe el proyecto al Senado el 5 de febrero y llame a sesiones extraordinarias tres días después.
Convertir en ley los PAE no será el único flanco para negociar, el gobierno precisa que el Legislativo ratifique sin dilaciones el pacto fiscal, una rúbrica imperiosa si quiere dejar de perder recursos coparticipables. Para ello deberá sortear a un peronismo decidido a bloquear la adhesión.
Lo siguen de cerca
Mientras el proyecto se cocina, los privados lo miran de cerca. Una de las entidades interesadas –y sondeadas- en que la idea tome vuelo es la Bolsa de Comercio de Rosario, que vendría a funcionar como articulador entre las partes. Se presume que la BCR puede abocarse a la creación de instrumentos financieros para posibles inversores, y ayudar a que los recursos del agro se vuelquen a proyectos de infraestructura.
Para Lifschitz la aprobación de los PAE sería toda ganancia. Sabe que en 2019 enfrenta una parada brava, no sólo en su continuidad política sino en la de todo el Frente, que recibió un fuerte cachetazo en las últimas elecciones. Conseguir que los privados se metan en la obra pública le permitiría reimpulsar el slogan que reza “el plan de obra pública más ambicioso de las últimas décadas”, sin recurrir a recursos propios y sin depender de la venia del gobierno nacional.
REDACCIÓN ON24
Por Mariano Fortuna