El negocio inmobiliario se reinventa, y la nueva apuesta ahora llega desde Miami. Allí, el empresario Roger Gooch no anunció la construcción de una torre o un barrio privado, sino nada menos que de una ciudad flotante, que recorrerá el mundo.
En una entrevista con EFE, Gooch, vicepresidente de la empresa Freedom Ship International, expuso los orígenes y filosofía de un proyecto en el que lleva embarcado desde hace 15 años, aunque lo dio a conocer ahora.
Con 1.372,5 metros de largo, 228,7 de ancho y 106,7 de alto, la ciudad-barco Freedom Ship of the Seas sería capaz de albergar entre 50.000 y 100.000 personas, repartidas en 17.000 departamentos y dar la vuelta al globo en un período de dos años.
El proyecto se promociona como ”un lugar ideal para vivir o desarrollar una empresa, una comunidad amigable, segura y protegida con grandes extensiones de espacio abierto de entretenimiento e instalaciones recreativas”, todo en un desplazamiento continuo por el mundo.
Gooch y su equipo trabajan en esta idea desde hace 15 años. ”El concepto fue concebido por el ingeniero Norman Nixon en 1990. Hemos trabajado con Norman durante años, pero no se llegó a buen puerto debido a la falta de capital”, dijo Gooch que explicó que hacen falta u$s 1.000 millones.
“Tuvimos el proyecto parado debido a los problemas económicos mundiales. Ahora que hay una recuperación económica estamos tratando de saber si hay suficiente interés y el potencial de capital de riesgo para la construcción de la nave”. El problema es que Nixon no podrá ver su sueño hecho realidad porque falleció este año.
Una vez conseguido este dinero, un 10 % del total estimado, ”comenzaríamos con el diseño primario y las obras de ingeniería para las fases principales de construcción, lo que llevaría de tres a cinco años”.
El promotor detalló que esta enorme embarcación se desplazará gracias a la propulsión proporcionada por cientos de motores eléctricos, conocidos como Azipods, que hoy se utilizan en los principales cruceros.
Así, Freedom Ship of the Seas, pensado para ser cuatro veces más grande que el transatlántico Queen Mary, pasará el 70% del tiempo en alta mar frente a ciudades importantes de los cinco continentes y el 30 % restante en tránsito.
Según sus creadores, sus miles de residentes podrán desplazarse con comodidad por las zonas continentales sin alterar su rutina dentro de la ciudad-barco, que contaría con 17.000 apartamentos, restaurantes, casinos, tiendas, escuelas y hospitales.
Las ciudades flotantes para millonarios no son algo nuevo. El barco-residencia más conocido es The World, que cuenta con 165 alojamientos que cuestan entre uno y seis millones de euros.
Los críticos a estos proyectos los señalan como que lo único que hacen es poner a flote un Mónaco navegable que se maneja en aguas internacionales dejándolos afuera de las jurisdicciones, convirtiéndolos en paraísos fiscales flotantes que recorren el mundo.
Al igual que la isla que apareció en el mar de Japón luego de una erupción submarina, si se concreta el sueño del constructor y Freedom Ship International se lanza a los mares, se podría convertir en un nuevo país al que sólo con varios millones se podrá obtener una visa.
Fuente: Cronista