La industria de biodiesel de la región tiembla ante el cierre de los mercados. Desde hace meses el gobierno y las empresas argentinas pelean para lograr que los principales destinos de exportación no le bajen las persianas al producto.
Ayer, Argentina presentó un recurso de queja ante la OMC contra Perú por las instalación de aranceles anti dumping y anti subisidios. Al tiempo que agota instancias con la Unión Europea para que, luego de haber ganado una disputa arancelaria y logrado reabrir esa plaza luego de algunos años de bloqueo, la burocracia no vuelva a poner sanciones.
Además, esta semana quedó plasmada la presión que los productores estadounidenses están aplicando sobre su gobierno, cuando trascendió la carta enviada por la Junta Nacional de Biodiesel, la Asociación Estadounidense de Soja y la Asociación Nacional de Rendering a la Secretaría de Comercio en la que solicitan que descarte revisar las medidas arancelarias que le cerraron ese mercado a la industria argentina.
Al observarse las estadísticas, además del freno total de envíos a EEUU, se observa que tanto la UE y Perú ya muestran signos de desaceleración; al tiempo que el país no tiene un mercado interno lo suficientemente grande como para absorber la totalidad de la oferta.
“El objetivo es mantener abiertos todos lo mercados posibles”, dijo el presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles, Luis Zubizarreta.
