Roberto Márquez es un técnico agrónomo que pasó años en El Impenetrable, pero también dedicó otros tantos de su carrera en Aceros Bragados y comercializó productos cárnicos para Disco, antes de volcarse de lleno al mundo ferretero. Desde el año 2000, está al frente de Damat, con la que produce y comercializa abrazaderas y precintos, entre otros productos. “Mi suegro, metido en el negocio, me propuso ser representante de una marca”, recuerda el empresario que, en 2014, facturó $ 7,5 millones. “En el proceso de crecimiento sumamos productos locales e importados, como precintos plásticos, grampas para el rubro sanitario, cintas aisladoras y hasta productos vinculados al negocio del GNC”, dice.
Manos a la obra
En 2005, llegó el momento de producir localmente. Primero, lo hizo tercerizando en otros talleres para luego instalarse en una planta de 300m2. En esta etapa, Márquez sumó un socio que se ocupó de la parte productiva, mientras él continuó expandiendo el canal comercial. “Lo primero que hicimos fueron las bolsas de venteo para la industria del GNC y después soportes especiales. También, desarrollamos productos específicos para firmas como 3M”, señala Márquez, que invirtió unos u$s 7.000 (fondos propios) para dar el primer paso.
Sin embargo, la sociedad llegó a su fin a menos de tres años de comenzar, cuando su pata productiva se dio a la fuga. “Fue una situación complicada para mí, pero no llegó a un nivel estresante”, acota. Hoy, la producción representa alrededor del 20% de los ingresos de Damat, mientras que el resto proviene de la comercialización de productos de otras firmas en canales tan diversos como ferreterías, sanitarios, automotor, maquinaria agrícola, transporte de gas y líquidos.
“Lo que más disfruto de mi trabajo es el contacto con los clientes, sobre todo, los del interior, porque a fin de cuentas esto termina siendo un servicio”, reflexiona el empresario, que a partir de llamadas telefónicas, viajes y, en los últimos años, Internet y campañas publicitarias, incrementó su red comercial. “Estamos presentes en todo el país, pero con mayor presencia en Capital Federal y Gran Buenos Aires”, añade.
Pegar el salto
Perfecto es la marca de la línea de abrazaderas que comercializa Damat. “Somos uno de los mayores comercializadores de la brand e incluso en el proceso de mayor crecimiento de Perfecto fui su mayor proveedor”, asegura Márquez. Hoy, la comercialización de ese producto representa más del 60% de la facturación de la firma. “A partir de una mayor competencia con otros distribuidores que ofrecen los mismos productos en localidades donde ya teníamos precedencia, incorporé nuevos para atender mejor a los clientes y compensar ese estancamiento en las ventas de abrazaderas”, explica el empresario, con siete empleados a cargo.
Estos también ocupan un rol estratégico en la compañía. “Comparto la rentabilidad de la empresa con los empleados, a partir de premios en consonancia con el crecimiento de la facturación”, señala el fundador de la firma, quien, después de trabajar solo durante cinco años, fue sumando los primeros colaboradores. “A los equipos de ventas se los capacita a través de un asesor y, a su vez, si ellos están interesados en realizar alguna capacitación, se hace todo lo posible, teniendo en cuenta sus horarios”, explica.
Esta política parece dar resultados: en 2014, las ventas experimentaron un salto del 82% desde los $ 4,1 millones facturados en 2013. “Fue una exigencia de venta determinada con un mejor seguimiento sobre los empleados, a partir de mayor cantidad de reuniones y una mayor exposición la situación de la empresa ante ellos”, esboza las razones Márquez, que no descarta a los premios sobre ventas como otro de los motivos del crecimiento.
Con la expectativa de seguir ganando participación, hasta el sábado, la firma estará participando de ExpoFerretera, la exposición del sector que se lleva adelante en el centro Costa Salguero.
Ficha
– Año de fundación: 2000.
– Inversión inicial: u$s 7.000.
– Empleados: siete.
– Facturación 2014: $ 7,5 millones.
Fuente: apertura.com