Las garantías propietarias han sido durante largo tiempo el aval más importante para demostrar solvencia dentro del rubro inmobiliario. Sin embargo, hoy esos cimientos hacen tambalear la seguridad que creen representar.
Cuando el nuevo Código Civil y Comercial estableció a la vivienda única como derecho, la misma se convirtió en un bien de familia, imposibilitando su remate en caso de incumplimiento de pago si la misma figura como garantía. ¿Cómo entonces ser sinónimo de solvencia si aquella propiedad no responderá ante una deuda contraída? ¿Cómo seguir confiando en un sistema que, además, no permite hacer hincapié en la situación financiera de los demás fiadores y en si aquellos pueden o no cumplir debidamente con su obligación?
En una capacitación brindada por la Cámara de Inmobiliarias de Rosario (CADEIROS), la jueza Adriana Mussio se refirió a dicha problemática, diciendo que “las garantías propietarias ya no pueden representar seguridad, ni para el propietario ni para la inmobiliaria. Por lo general, quienes cumplen el rol de fiador tienen en su haber una única propiedad, la cual es tomada por el Código Civil como vivienda única, y protegida como tal. Además, los recibos de sueldo tampoco son hoy una demostración clara de solvencia, por más altos que sean. ¿Con qué nos quedamos entonces? Con nada. Por eso un sistema nuevo tiene que haber, y en algún momento se tiene que implementar”.
Frente a este cambio en las reglas de juego, y esta necesidad de buscar garantías válidas y seguras, se han comenzado a buscar alternativas que sean superadoras frente a estas circunstancias. Tales garantía tendrían que poder soportar la necesidad y la demanda del sector, es decir, responder ante todos los incumplimientos contractuales del locatario, y con esas condiciones, se limitan casi al extremo las opciones que presenta el mercado.
En este sentido, la Dra Noemí Nicolau, Directora de la Carrera de Especialista en Derecho Inmobiliario, expresa que “la garantía más eficiente sería aquella que pudiera satisfacer los siguientes los requisitos de autonomía en relación a la obligación garantizada, seguridad en la afectación de bienes al cumplimiento, poca onerosidad en su constitución, pocas formalidades, ejecución sencilla y rápida para el caso de ser necesaria”. Continua explicando que en el contexto actual “es preferible para el locador la garantía de un fiador profesional dedicado a ofrecer ese servicio, porque tiene siempre disponible la información acerca de su solvencia”.
Consultado a Diego Baidon, Gerente de Locativa, una empresa creada con el objetivo llevar practicidad y seguridad al mercado de alquileres, explicó: “Con nuestra labor ampliamos el universo de personas en condiciones de alquilar. La falta de garantías confiables y accesibles fue lo que nos motivó a formar Locativa, con un alcance Nacional”. Subrayando además: “parece todavía extraño que los Locadores sigan exigiendo Garantías Propietarias como el aval de preferencia. Sin duda las garantías son el punto de quiebre a la hora de alquilar, porque conllevan la confianza de todas las partes involucradas. Y en un contexto de Leyes que no parecen interpretar las necesidades del mercado y de leves iniciativas gubernamentales, nos encontramos como una respuesta lógica para los tiempos que corren”.