En el último tiempo, las barberías son tendencia entre los emprendedores rosarinos. La fuerte competencia y la cantidad de ofertas vuelven obligatorio contar con propuestas diferenciales. Hablamos con Miguel Ángel Cicolini, co-fundador de Cavalini Barbería, una de las marcas pioneras en la ciudad. Actualmente, la firma cuenta con un local en Callao 76 bis, dos sucursales en la ciudad de Córdoba y dos nuevos espacios que inaugurarán en breve en Rosario. Compartimos el enfoque de uno de los jugadores más importantes del rubro: “La barba no es una moda, es un estilo de vida”.
Según comentó Cicolini, la idea central del emprendimiento que lleva adelante junto a su socio, Atilio Alfredo Cavaletti, es la de un club social. El empresario comentó que establecer un espacio de esparcimiento, en el que los socios pueden ir y atenderse, pero además jugar juegos de mesa, tomar una bebida y compartir el espacio con otros clientes. “Nos gusta conectar gente y ofrecer un lugar de encuentro”, explicó.
La otra apuesta fuerte es la ambientación de los locales. Las barberías Cavalini tienen una estética propia de las décadas del 40 y 50, según indicó Cicolini y un trato con modismos y formas también propios de la época. “En todas tratamos protocolarmente. Siempre nos referimos a los socios como ‘caballero’. Nunca se insulta, que creo que es como se debería hablar”, subrayó.
Pese a su fuerte expansión, los socios administran directamente todos los locales; no se han lanzado como franquicia y no piensan hacerlo en el corto plazo. “Cuidamos mucho la marca – dijo Cicolini -. Llevamos una vida a través de esto desde hace cinco años”. El 12 de octubre inaugurarán una barbería en Puerto Norte, con una característica de galería. También preparan el lanzamiento de una sucursal en Oroño y Catamarca, en la casona que ocupaba Zhoue. Además, el empresario adelantó que estrenarán un sistema de membresías con beneficios especiales para sus socios más fieles.
“Quiero llevar no solo la barbería, sino este estilo de vida a todas partes”, afirmó Cicolini. “Hay casos de socios que vienen tres generaciones a la barbería y pasan un gran momento. Cuando veo eso, siento que no hay techo”, comentó. Según explicó, la visión es la de mostrar un estilo de vida y costumbres diferentes, pero que pueden gustar a generaciones jóvenes. “Hubo gente que se dejó la barba y se halló. La barba no es una moda, es un estilo de vida. Además, les empezaron a gustar otras cosas como vestir bien, innovar con los whiskys, habanos y música diferente”, concluyó.