La principal productora de pollos del país Granja Tres Arroyos obtuvo la autorización del gobierno para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) y reducir los costos de su planta de Ezeiza (exCresta Roja), entre otras en la mira.
Al igual que Vicentin solicitó un procedimiento junto a las fabricantes de neumáticos FATE y Bridgestone.
La industria se queja de los “sobrecostos” para exportar, como un dólar menos competitivo, salarios en dólares supuestamente más altos que los de Brasil y la carga tributaria, mientras Brasil viene devaluando y los gremios buscan recuperar la pérdida de poder adquisitivo.
En ese marco, Granja Tres Arroyos solicitó la medida el jueves pasado ante la secretaría de Trabajo, donde habría pedido el despido de 700 trabajadores o bien el descuento de pagos adicionales equivalentes al 21% del sueldo.
Desde el gobierno explicaron que la situación de crisis fue declarada debido a “la falta de sostenibilidad económica de la empresa en el tiempo”.
Fundada hace 59 años, Granja Tres Arroyos (GTA) tiene 7.000 empleados en Argentina y Uruguay, produce 700.000 pollos por día -el 20% de la producción nacional- y exporta el 25% a 67 países, con una facturación de US$ 1.300 millones.
El grupo opera cuatro plantas en Buenos Aires (Ezeiza, Esteban Echeverría, Capitán Sarmiento), dos en Entre Ríos, una en Córdoba y otra en Uruguay.
La firma del empresario Joaquín de Grazia inició en los últimos años un proceso de reestructuración con despidos en Wade 1. A fines de octubre, la empresa había dejado trascender que cerraría esa planta con más de 200 trabajadores. Al día de hoy, ya redujo 100 empleos y se estima que hay otros 100 sin asignación de tareas, en medio de retiros voluntarios.
El argumento del grupo es que nunca pudo recuperar el mercado chino tras la aparición de gripe aviar en 2023. El cierre de ese destino representó la pérdida de US$ 160 millones para los exportadores de pollos, casi la mitad del total de envíos al exterior. Y para GTA, significó pasar de exportar el 25% de sus productos, en lugar del 33%. También reclama por el dólar y los impuestos.
“Me preocupa la rapidez en que el dólar no se actualiza y la rapidez con que bajen impuestos para que el tipo de cambio sea más cercano a una competitividad. Vamos teniendo un problema de competitividad, tiene que ver con costos internos y el valor del dólar, es fácil decir que el dólar tendría que estar más alto, por supuesto que pega en el índice de inflación y es lo que el gobierno no admite, pero debe haber un equilibro entre los que nos cuesta a nosotros y a cualquier país que nos rodea producir 1 kilo de pollo”, dijo el empresario.