Varios meses después del anuncio oficial, que fue en junio del año pasado, en mayo de este año se concretará una de las noticias más esperadas por el mercado: la recategorización de Argentina como mercado emergente.
Este avance se plasma en un indicador bursátil elaborado por la empresa MSCI que incluye, a la vez, índices accionarios de países emergentes ponderados según la metodología de la compañía gestora.
El indicador local estaba calificado como fronterizo desde 2009 y a partir de este año vuelve a contarse entre los emergentes, aunque solo incluirá ADR (acciones argentinas que cotizan en Nueva York).
La decisión de excluir papeles con cotización local responde a la falta de liquidez del mercado doméstico. “Es lógico porque u$s9 de cada u$s10 que se operan en Argentina, lo hacen en Estados unidos. Tendrían que negociar más a nivel local para que entraran las acciones que solo cotizan en el país”, explicó Gustavo Neffa, socio de Research for Traders.
Según la última cartera teórica que dio a conocer MSCI el pasado 22 de octubre, el indicador incluirá 18 ADR argentinos.
Del grupo de las grandes empresas, la gestora de índices tomaría Telecom e YPF. Entre las compañías medianas, la cartera teórica incluyó a Grupo Financiero Galicia, Banco Macro, Pampa Energía, Transportadora Gas del Sur, BBVA Banco Francés, Globant y Central Puerto. Las empresas de menor capitalización bursátil serían las más numerosas dentro del índice argentino, que estaría integrado por Arcos Dorados Holdings, Corporación América Airports, Despegar.com, Edenor, Loma Negra, Adecoagro, Irsa, Grupo Supervielle y Cresud.
La principal consecuencia de la inclusión de las acciones de origen local en el índice de mercados emergentes es que funciona como referencia para una cantidad de fondos internacionales que replican al indicador de MSCI y que estarán obligados a redirigir fondos a los papeles argentinos.
En ese sentido, Neffa comentó: “Si Argentina pondera el 0,65% del índice, que creo que es lo que va a pasar, podrían llegar a entrar u$s9.500 millones. De ese total, hay algunos fondos que ya están invertidos en Argentina; otros, los fondos mutuos, que pueden optar por comprar papeles locales o no; y un tercer grupo que sí o sí tiene que replicar el índice. Allí están Blackrock y Vanguard, que son los dos fondos más grandes, y representarían u$s3.000 millones”.
Con todo, ese ingreso irá a acciones que cotizan en el exterior, por lo que el impacto en el mercado local puede ser variable. “El contagio hacia el Merval va a depender del volumen de flujo que vaya hacia los ADR argentinos. El mercado de capitales local es bastante pequeño y, si hay un flujo importante hacia los ADR locales, puede haber un efecto derrame. Para tener una idea: en los últimos 4 meses, el saldo promedio diario operado en acciones del Merval fue de u$s25 millones. Así que cualquier fondo grande que traiga entre u$s500 y u$s700 millones, representaría el volumen de 20 o 25 de las ruedas diarias de las que tuvimos en los últimos meses. Sería mucho dinero para impulsar las cotizaciones”, apuntó Diego Martínez Burzaco, jefe de estrategia de MB Inversiones.
Una cuestión que no es menor es el contexto en el que llega la reclasificación. Los ADR argentinos acumularon bajas importantes en 2018. La mayor pérdida acumulada fue para Grupo Supervielle, que cayó más de 71,5% en el año, mientras que los papeles de Grupo Financiero Galicia, Banco Macro y Telecom retrocedieron alrededor de 60% en el año que acaba de llegar a su fin.
Por el lado de los bonos, tampoco hubo buenas noticias en 2018. “Argentina tiene una calificación B y el seguro de default paga una tasa 7%. El spread entre un bono argentino como el Discount ley Nueva York y un Bono del Tesoro de Estados Unidos, que supo tocar un piso de 4% en 2017, hoy está entre 6% y 8%. Eso no coincide con la calificación B sino con la CCC. Ese era el nivel de spread de 2014, hoy estamos casi metiéndonos entre 8% y 10%, que corresponde a una calificación CC”, analizó Pedro Cristiá, gerente general de First Capital Group.
Pese al mal año para los activos locales, la recategorización argentina no estaría en peligro siempre que no se pongan trabas al libre movimiento de capitales. Al momento de anunciar el ascenso, en plena corrida contra el peso, MSCI había advertido que podría revisar su decisión si el país impusiera controles de capitales o divisas, maniobras a las que el Gobierno no recurrió aún cuando la crisis cambiaria se extendió durante buena parte de 2018.
El año que empieza tampoco se presenta fácil, aun con la reclasificación como mercado emergente. “Sabemos que 2019 va a ser bastante difícil en términos económicos, todavía no se vislumbra bien el piso de la recesión económica, y se suma también el condimento político. Entonces, creo que el impacto (del ascenso) puede ser reducido, sobre todo si tenemos alguna señal desalentadora, por ejemplo, con respecto a un eventual posicionamiento de Cristina Kirchner de cara a las elecciones”, interpretó Martínez Burzaco.
En la misma sintonía, Cristiá advirtió: “La cuestión política está difícil, aunque no parece que probable el regreso del kirchnerismo más extremo. La reclasificación puede ser como el anuncio del acuerdo con el FMI, que parecía un salvavidas pero duró una semana y después el mercado se olvidó”.
Fuente: iprofesional