Escribiendo desde casa: todo lo que hay que saber sobre el home office

Escribimos este artículo desde nuestros domicilios, relevando los pros y contras de esta metodología

Siguiendo con los principios del distanciamiento social, los integrantes de la redacción de ON24 también trabajamos desde nuestros domicilios. Es un buen momento para realizar un análisis acerca de esta metodología laboral, mencionar sus ventajas y desventajas, y realizar un recorrido virtual por algunas “oficinas” que se formaron con el fin de prevenir el contagio del Coronavirus. Hablamos con profesionales que llevan años trabajando desde casa y otros que adaptaron su actividad en los últimos días para evitar el contacto físico, coordinadores de proyectos a distancia y consultoras de recursos humanos.

Recordemos que la resolución tomada por el Gobierno Nacional como respuesta a la prevención del contagio del COVID-19 contempla exceptuar a embarazadas, mayores de 60 años y grupos de riesgo de asistir a sus lugares de trabajo. Lo mismo ocurrió para el sector público que fue autorizado a cumplir con sus tareas desde los domicilios. En el sector privado, se recomendó a las empresas la adopción de medidas para habilitar el trabajo a distancia.

No solo las oficinas amanecieron ayer con menos gente; los espacios de coworking, uno de los reductos de preferencia para los profesionales independientes y freelancers, estuvieron prácticamente vacíos. “Recibimos a siete personas sobre los 219 clientes que tenemos habitualmente”, relataron desde La Maquinita Co. La franquicia dispuso en todos sus locales desalentar la concurrencia de sus clientes y funcionó con personal reducido; apenas una persona por turno. En .Ian Co. la situación fue muy similar, con reuniones y eventos pospuestos y unos pocos “coworkwes” que se acercaron a coordinar detalles de sus respectivos trabajos o a mudar sus herramientas. Hasta el presidente, Alberto Fernández, se mostró trabajando desde Olivos para, según se publicó, “predicar con el ejemplo”.

Según una encuesta que realizamos ayer en nuestra cuenta de Instagram, 47% de nuestros seguidores están trabajando desde casa. El resultado se condice con lo que informó la consultora Adecco Argentina, en cuyo informe relevó el accionar de varias compañías nacionales e internacionales sobre la pandemia e informó que “casi el 50% ya autorizó el home office”.

Nuestras respectivas casillas de correo profesionales se llenaron de mensajes con cancelaciones de eventos, recomendaciones de higiene y promociones de herramientas de teletrabajo. Sin ir más lejos, el Banco Santander ya anunció una línea de crédito por mil millones de pesos a una tasa del 20% anual, dedicada a la compra de equipamiento tecnológico para favorecer esta tendencia.

En LinkedIn, el hashtag #homeoffice hizo que la frontera entre esta red social e Instagram se volviera más difusa que nunca. Miles de publicaciones mostraban elegantes fotos de espacios laborales improvisados en algún living, pequeños estudios, tazas personalizadas, pantuflas, hijos y mascotas. Muchos aprovecharon también para contar experiencias personales de trabajo remoto y se abrieron algunos debates sobre la relación entre productividad y la relajación de estar en un ambiente distendido y de confianza como nuestras casas.

La plataforma de publicación de blogs Medium.com también recibió centenares de entradas acerca del teletrabajo. “Trabajar desde casa no es una oportunidad para ser perezosos y lentos con tu trabajo. De hecho, mis expectativas para el equipo que trabaja desde casa son más altas porque sé que tienen tiempo para realmente pensar en lo que están haciendo”, afirmó la autora Melissa Mann, por citar uno de los textos allí destacados.

Decidimos hacer algunas consultas a través de WhatsApp y ver qué opinan los encargados de recursos humanos al respecto. Ricardo González, trainer y coach en Key Managerial Activities, dijo que “la productividad se verá afectada, pero no tanto”. Según explicó, “hay personas que pueden trabajar en forma eficiente desde casa y otras que no. Los boomers y los (generación) X tienen algunas dificultades porque están muy acostumbrados a la oficina”. Por su parte, Héctor Correa, socio fundador de la consultora Dumor, comentó que “El home office es un cambio profundo, pero es parte de este mundo que tiende a la tecnologización laboral con todos los pros y contras que ello conlleva”. 

En este sentido, esta experiencia podría ser un buen banco de prueba para ajustar la metodología a ciertas organizaciones. Sin salir de casa, logramos recopilar algunos testimonios de personas que migraron al teletrabajo.

Radio a ciegas, consultorio virtual y las medidas de una compañía global

Escribir para un portal web o una revista es una tarea que puede realizarse desde prácticamente cualquier espacio físico. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la comunicación debe adaptarse a otros formatos como la radio o la televisión? Nuestro columnista Garret Edwards participa del programa “El Regreso”, conducido por Walter Castro, de lunes a viernes a las 19:00 por CNN Radio Rosario. Esta semana las emisiones debieron realizarse a través de Skype, con los participantes en sus respectivos domicilios; así que lo contactamos para que nos cuente la experiencia.

“Hubo mucho trabajo de producción y del operador que tuvo que estar en el estudio para dejarnos enganchados y monitorear la conexión. Es básicamente como hacer radio a ciegas, porque uno no puede ver ni compartir en el mismo momento de manera física con las otras personas. Se genera una conversación compartida entre la radio que tiene su cuenta particular de Skype y la gente que vaya a participar del programa”, narró. Luego detalló: “Uno escucha a modo de retorno lo que va saliendo con auriculares pero, las indicaciones tienen que darse a través del chat de la aplicación o por WhatsApp. Si uno tiene todo unificado en un solo aparato es difícil prestar atención a las noticias que van saliendo. También hay un poco de delay, aunque eso es propio de las comunicaciones. Requiere de adherirse mucho más al guión a la hora de pedirle temas o audios al operador”.

Edwards señaló que la experiencia fue positiva en términos generales, aunque lamentó que todavía se requiere la presencia de algunas personas en el estudio, como el productor y el operador. “Fue una experiencia útil y que con mayor práctica puede ayudar a que hacer radio a distancia sea una opción disponible, llegado al caso de que Argentina se tenga que ajustar a normas más gravosas que las actuales”, concluyó.

Por otra parte, también contactamos a la nutricionista Eliana Cocetta, quien tuvo que brindar muchas de sus consultas en forma remota. “Con esta dificultad y para no quedarnos en el estado de víctima, buscando una solución y seguir sacando provecho del trabajo y de las actividades. Es una forma de pensar en el paciente y en el tiempo muerto que tenemos en casa”, explicó.

La profesional comparte gran parte de su actividad en una cuenta de Instagram en la que da recomendaciones y aborda distintos tópicos de interés para sus pacientes. “Lo que hacemos es comunicarnos por videollamada a través del celular y las cobranzas las hacemos por transferencias bancarias. Obviamente que al manejarse de esta forma, tenemos que ser más ordenados que de costumbre. También es fundamental para mí el mantener el contacto con mis pacientes a través del Instagram, de modo que se sientan acompañados y contenidos”, concluyó.

Mientras tanto, en la compañía global PwC, a partir del lunes se comenzó a trabajar en forma remota. En comunicación con Sebastián Azagra, socio responsable de la oficina Rosario de PwC Argentina,  nos dijo que “por suerte, en función de las características particulares del trabajo que realizamos y con las inversiones que se realizaron en tecnología, no ha afectado el devenir de nuestro trabajo”.

Según comentó, “se establecieron guardias mínimas para el soporte, pero la gran mayoría de la gente está trabajando desde su casa”. Incluso, las capacitaciones y cursos que se ofrecen dentro de la firma son emitidos vía webcast con niveles de participación que alcanzan las 1500 personas conectadas.

Azagra destacó las inversiones efectuadas en la adquisición de tecnología y, sobre todo, la digitalización de sus procesos, lo cual fue fundamental a la hora de cambiar de metodología. “Contamos con un set de herramientas de software que nos permite estar conectados. Mientras que la digitalización de nuestros procesos nos permite posicionarnos de manera eficiente y eficaz para poder dar respuesta a la problemática actual”, apuntó.

¿Qué dicen las consultoras?

Hablamos con Randstad, Adecco y con los profesionales antes citados, Héctor Correa y Ricardo González. Les pedimos a todos que compartieran con nosotros sus nociones acerca del teletrabajo, sus ventajas, desventajas y recomendaciones. Todos coinciden en que cada vez haya más trabajadores que migren al home office, pero no todo es trabajar en pijama.

Adecco compartió recientemente una encuesta extendida a ejecutivos de compañías nacionales e internacionales para conocer cómo está actuando frente a la emergencia del Coronavirus. Según el informe presentado por la consultora, el 92% de las empresas está tomando medidas de prevención, mientras que casi el 50% ya autorizó el home office para posiciones que pueden hacerlo y el 9% suspendió totalmente sus actividades. En la misma encuesta se apuntó que seis de cada diez empresas, la pandemia afectará la economía de las compañías y de los empleados.

Miguel Capurro, director de Capital Humano de Randstad, sostuvo que “teletrabajo programado no es lo mismo que en modo ‘contingencia’. Muchas empresas salieron corriendo a comunicar que desde mañana tenés que trabajar en casa. Esto claramente no responde a una expresión de deseo, sino que para poder hacerlo eficientemente tenés que haber previsto la opción con tiempo”. 

El director de la consultora de recursos humanos apuntó algunas recomendaciones para una buena implementación del home office:

  • Comunicar claramente a los colaboradores la decisión de operar remotamente.
  • Ser cuidadosos de no dejar afuera arbitrariamente a personas que deberían estar incorporadas en la medida tomada.
  • Brindar las herramientas formales que necesitan y no subestimar ese aspecto.
  • Analizar el contexto familiar para cada caso, coordinar un horario de trabajo donde agendar una reunión no sea una odisea.
  • Tener contacto desde las áreas de soporte periódicamente para ver si necesitan ayuda
  • Dar aviso a la aseguradora de riesgo de trabajo y pensar en el impacto emocional para el empleado.

Ricardo González también dio sus propias recomendaciones para lograr que el home office sea efectivo. “Sé que puede ser muy tentador el trabajar en pijama, pero lo primero que la persona debería hacer es tomar su casa como si fuera una oficina, levantarse, bañarse, desayunar y trabajar respetando un horario”, señaló. Por otro lado, hizo especial hincapié en tener un espacio de trabajo en condiciones óptimas: “Nada de zapatillas tiradas por todos lados o cables colgando. El WiFi tiene que ser excelente, cosa que en las instalaciones domiciliarios es difícil de conseguir. Mucha gente trabaja con los hijos en la casa, pero eso es algo imposible”. 

González destacó que, “en condiciones que no son las de esta pandemia”, el home office tiene muchísimas ventajas. Aunque también reconoció que puede potenciar conductas patológicas como el déficit de atención y la adicción al trabajo. “Es responsabilidad de los líderes saber a qué personas pueden habilitar para hacer trabajo remoto y a cuáles no”.

Héctor Correa, fundador de la consultora Dumor, también aportó su visión conceptual sobre el teletrabajo. “La virtualidad hace que tengamos que representarnos mentalmente los diferentes actores con sus respectivos roles. La comunicación tiene que ser concreta, constante, que se sienta que a través de la pantalla nuestro grupo y la empresa están presentes para evitar la sensación de aislamiento y desinterés”, señaló.

“Lo remoto, lo virtual, la imagen, hacen estallar el grupo tal cual lo conocemos. Cambian la legalidad de todo lo inherente a un equipo de trabajo. En las reuniones de equipo se cambia el café, la discusión, la risa, el análisis de los objetivos, la mirada del otro por la pantalla del celular, computadora o tablet”, apuntó. Más allá de los puntos que relevó, el especialista concluyó en que la digitalización y el trabajo a distancia son tendencias que crecerán incluso más allá de la crisis del Coronavirus.

Las ART y el home office

Surgen dudas respecto a la cobertura ART de los trabajadores que hagan home office. Es que según la resolución 21/2020 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), publicada este martes en el Boletín Oficial​, el domicilio de los trabajadores que realicen sus tareas desde sus casas será considerado como “ámbito laboral”, quedando cubiertos por las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART). No obstante, no está claro cómo se implementa la medida ni qué impacto pueden sufrir las empresas. 

“Jamás se me hubiese ocurrido algo así”, aseveró a ON24 el abogado Roberto Vázquez Ferreyra. Y explicó: “La Ley de Riesgos del Trabajo es un sistema por el cual las ART tienen una previsión económica sobre los siniestros que pueden ocurrir, con lo cual, podemos tener un problema con el hecho de que las aseguradoras no hayan calculado esta contingencia”.

De acuerdo con las disposición oficial, los empleadores tienen “la obligación de denunciar a la ART correspondiente la nómina de los trabajadores alcanzados por esta medida y el domicilio en el que desarrollarán sus actividades laborales”. No obstante, por tratarse de una modalidad “transitoria y excepcional”, la resolución de la SRT aclara que, en estos casos, “no se aplican las normas específicas sobre teletrabajo” que, entre otras medidas, establece que los empleadores pueden verificar las condiciones del lugar donde los trabajadores ejecutan sus tareas y proveerlos de silla ergonómica, almohadilla para mouse, extintor portátil contra incendio (matafuego de 1 kilo) y botiquín de primeros auxilios.

El hecho de que no se pueda verificar el entorno en el que un empleado va a realizar sus tareas es otra complicación. “Eso está cubierto cuando los trabajadores se encuentran en la empresa porque la misma compañía se responsabiliza por las condiciones del lugar, que además está inspeccionado por la aseguradora. Pero, ¿cómo hacés para saber si la casa de la persona que está haciendo teletrabajo es segura?”, planteó el abogado.

Como primer paso para cubrir potenciales riesgos, los empleadores podrían recurrir a contratar un seguro de accidentes personales para los trabajadores que hagan tareas de forma remota. No obstante, según el abogado, “no es razonable que un persona pueda demandar a una empresa por un accidente en la casa”. 

“Esto es como tantas cosas impensadas que se hacen a las apuradas sin medir consecuencias”, concluyó. 

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