Las constructoras que trabajan en la ciudad y son uno de los principales motores económicos con que cuenta Rosario, se encuentran atravesando un momento complejo. Se calcula que 150 edificios están esperando que la EPE les otorgue la energía necesaria para poder funcionar.
Por su parte, la nueva gestión de la EPE asegura que se encontraron con un panorama desolador tras asumir: Más de 30.000 millones de pesos de déficit, “almacenes flacos” en materia de componentes e insumos, y un parque automotor en mal estado.
En este número, abordamos esta problemática y, como siempre, compartimos la visión de referentes empresarios de otros rubros para este agitado comienzo de año.
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