La industria autopartista sufre una debacle desde hace más de una década. Así lo revela un duro informe publicado por la asociación que agrupa a las principales fábricas de autopartes (AFAC), que da cuenta de los cierres sucedidos desde 2009.
El documento se titula “Que la Emergencia no oculte la decadencia”, y habla de la destrucción de 15.000 empleos debido a la desaparición de 47 fábricas de autopartes en la Argentina; debido a que “las terminales automotrices que les compraban componentes decidieron reemplazar estas piezas con componentes importados o directamente dejaron de fabricar los modelos que las equipaban”.
Desde AFAC sostuvieron que “en los últimos días han trascendido casos de empresas proveedoras que han decidido cesar total o parcialmente las actividades industriales en la Argentina. Nos preocupa sobremanera que se interprete que ello es el mero resultado de la coyuntura generada por la pandemia del Covid-19. Cerrar actividades fabriles en el sector automotor requiere procesos de decisión que llevan muchos meses, y a veces años”.
Entre los problemas crónicos que enumera la entidad, se cuentan la “altísima” presión impositiva, protección arancelaria negativa, caída de la exportación, faltas de estímulos e inseguridad jurídica, entre otros.
En la nómina de las 47 fábricas que bajaron sus persianas, hay cuatro casos santafesinos: Paraná Metal, Johnson Controls, Mahle y Mefro Wheels. Mientras que los restantes se concentran -en mayor medida- en el Gran Buenos Aires y Córdoba.
Mahle -la fábrica de aros de pistón más importante del país- cerró en 2009. En abril del año siguiente, Arosa SA compró la empresa y luego de años de complicaciones bajó sus persianas en 2018.
El mismo año, Mefro Wheels finalizó sus operaciones. La fábrica que supo despachar 800 mil llantas por año para las principales automotrices del país desde su planta de Ovidio Lagos al 4400, pasó por varios amagues de recuperación que concluyeron sin éxito.
Si bien Johnson Controls (asientos y tapizados) es otra de las que figura en la lista, lo cierto es que la empresa no cerró, sino que debido a cambios en la estructura del negocio, pasó a llamarse Adient en 2016. Poco antes del cambio , la empresa había amenazado con su cierre de su planta de Pacheco (Bs.As), luego de la caída de un contrato con Ford. En agosto de 2019, la planta de Pueblo Esther anunció un programa de retiros voluntarios para recortar un 10% su plantilla de personal.
Paraná Metal quizás sea el caso más emblemático. La empresa autopartista de fundición Gris y Nodular situada en Villa Constitución cerró en 2015 bajo el mando del Grupo Indalo (de Cristóbal López y Fabián De Sousa), despidiendo a los últimos 150 de los 1.200 trabajadores que supo tener hasta 2008.
En octubre del año pasado, La Companhia Florestal do Brasil adquirió por 4 millones de dólares el predio de Paraná Metal en la subasta pública, que -según dijo la empresa al intendente de la ciudad, Jorge Berti- dedicara a un proyecto productivo “ligado a la siderurgia y logística”.
REDACCIÓN ON24