El megaemprendimiento inmobiliario de las empresas Gensar S.A y Coto CICSA, que incluye dos torres de 131 metros de altura cada una en el predio ubicado entre Libertad, Ayacucho, Mendoza y Colón, donde funcionaba la Yerbatera Martin, podría volver al Ejecutivo Municipal si se aprueba la moción de la presidenta de la Comisión de Planeamiento del Concejo, Fernanda Gigliani.
La edila ya había presentado esta iniciativa en diciembre de 2019, cuando el expediente ingresó al cuerpo legislativo de la ciudad, pero no alcanzó los votos necesarios (mayoría simple) en la Comisión. “Yo voy a insistir con lo que planteé, que es devolver el expediente al Ejecutivo Municipal para que aporte su mirada”, indicó a ON24 la concejala de Iniciativa Popular. “No tuve voluntades en diciembre, no sé aún si ahora habrá”, remarcó.
“Fue el último expediente que firmó Mónica Fein como intendenta y me llama la atención que estuvo en su Ejecutivo desde su presentación en julio del año pasado hasta diciembre, que ingresó al Concejo. Por mi experiencia, nunca hubo un proyecto de esta envergadura que estuviera menos de seis meses en la Municipalidad. Llevan mucho tiempo porque van pasando por todas las áreas técnicas”, subrayó Gigliani y recalcó: “Si bien es legal, entiendo que carece de cierta legitimidad porque como mínimo hubiera ameritado la mirada del nuevo Ejecutivo”.
Días atrás, la Comisión de Planeamiento recibió a representantes de las empresas y a los arquitectos del proyecto para escuchar de primera mano los detalles del nuevo cambio en el mismo. Es que, en rigor, el emprendimiento data de 1992, cuando, a partir del Primer Convenio de Autolimitación, se había propuesto instalar allí supermercado, centro comercial, patio de comidas y patio de juegos. Pero de acuerdo con el expediente, “la caducidad del permiso de edificación (N° 757/98) permitió la readecuación de la normativa vigente en el predio”.
De esta manera, recién en el año 2006 se acordó el Segundo Convenio a partir del cual se delinearon nuevos indicadores urbanísticos, esta vez para levantar en el terreno 5 torres de 78 metros cada una, que supondrían una superficie total de 37.000 m2. Pero este proyecto tampoco se ejecutó en estos 14 años. “Del 2006 a la fecha, la ciudad de Rosario ha tenido una marcada transformación urbana (…) Desarrollos recientes han puesto a Rosario a la vanguardia de la innovación arquitectónica, que fueron acompañados por indicadores acordes a estas innovaciones”, expresa el expediente.
En ese sentido es que las empresas manifiestan que “queremos elevar una nueva propuesta en el predio que nos ocupa, necesitando para ello una nueva interpretación de la normativa vigente”.
PUNTOS POSITIVOS Y DUDAS
La concejala Renata Ghilotti, del PRO, integra la Comisión de Planeamiento y consideró que se trata de un “emprendimiento interesante para la ciudad y para esa zona, porque la levantaría”. Cabe resaltar que para muchos vecinos del barrio, es un predio que se encuentra en cierto estado de abandono y como tal, despierta sensación de inseguridad.
Ghilotti, además, destacó la importancia de que estos proyectos se elijan hacer en Rosario y sostuvo que “es necesario que desde el privado se generen obras de urbanismo y empleo”. No obstante, indicó que “lo estamos analizando porque hay que estudiarlo técnica y jurídicamente”.
Por su parte, Fabrizio Fiatti, de CREO –también miembro de la Comisión- dijo que ahora “hay que empezar a estudiar el expediente y a medida que podamos profundizar en el tema tomaremos una posición”.
Por otra parte, aunque es un proyecto a largo plazo, en algunos concejales hace ruido “la opulencia” del diseño presentado en una Rosario que vive un contexto económico complicado, señalaron. Sin embargo, para la presidenta de la Comisión, Fernanda Gigliani, “el Concejo no debería entrar en el debate de si es la torre más alta de Rosario o si la estética se parece a Dubai, sino que hay que analizar que la construcción dialogue armónicamente con lo que ya existe”. A su juicio, “este tipo de torres está más ligado a Puerto Norte y no a este sector de la ciudad”.
En tanto, Gigliani ponderó que hay algunas otras cuestiones del expediente que “no quedan del todo claras”, principalmente en lo que refiere a la edificabilidad, “no solo en términos de lo que le permiten construir, sino también respecto a cuánta plata le corresponde a la Municipalidad”. En realidad, apuntó, “no se dona el 40% del terreno, sino que sería una Servidumbre Administrativa de Uso Público”, es decir que, según la edila, no se le transfiere a la Municipalidad esa porción del predio.
REDACCIÓN ON24