Ediles de la Comisión de Ecología recibieron ayer al ingeniero ambiental Federico Miyara para evaluar el estudio de impacto ambiental que presentó la Secretaría de Planeamiento meses atrás sobre el proyecto céntrico que la empresa Lattuca tiene en carpeta para empezar a construir hace, por lo menos, un año y medio, en momentos en que tanto la ciudad como el país reclaman inversiones y generación de puestos de trabajo.
El desarrollo ya logró la luz verde de las Comisiones de Gobierno y Planeamiento el año pasado, pero se estancó en Ecología –donde habitualmente no recae este tipo de emprendimientos- con los votos negativos de Ciudad Futura y el Peronismo, que primero plantearon que faltaba el estudio de impacto ambiental, luego –con el informe en mano– se quejaron de las alturas de las torres y ahora, volvieron a criticar la factibilidad ambiental de la mano de Miyara.
“El problema del ruido es soslayado y relegado a un aspecto menor”, señaló el ingeniero, quien remarcó que la construcción proyectada para el área central llevará entre 5 y 6 años y significará “una fuerte molestia para los vecinos”.
“No se prevén barreras acústicas, ni otras medidas de mitigación como trabajo con máquinas de corte, y de impacto en obradores insonorizados, así como la prohibición de uso de radios y otros aparatos electroacústicos amplificados”, indicó Miyara.
Desde la empresa, señalaron a ON24 que “la ciudad tiene muchas obras de 14 o 15 mil metros cuadrados en ejecución” y recordaron que ellos mismos tienen sobre calle Italia, y entre medianeras, una obra de esta magnitud. Entonces, expresaron: “Se deberían frenar todas las obras en construcción, porque el impacto es el mismo”.
“Nosotros proyectamos una obra sobre Paraguay, otra sobre Corrientes y otra Rioja. Es como si tres desarrolladoras distintas estuvieran ejecutando tres edificios; más teniendo en cuenta la etapabilidad que planteamos. Entonces, el informe de Miyara no tiene ninguna entidad, sino que lo que hacen ahora es lo que siempre hace Ciudad Futura con nosotros: trabar y molestar”, afirmaron y finalizaron: “Apelamos a que el resto de los concejales tenga un poco de sabiduría para tomar una decisión sobre el proyecto”, la cual se definiría de acá a un mes, según le comunicaron los ediles de Ecología a la firma desarrolladora.
IMPACTOS POSITIVOS
Cabe indicar que el desarrollo se trata de un convenio urbanístico acordado entre la Municipalidad y la firma constructora para llevar adelante una inversión de más de US$ 80 millones, que generaría 450 empleos directos.
El desarrollo, de unos 40.000 m2 en total, comprende tres edificios (uno de 25 pisos destinado a oficinas polivalentes sobre calle Corrientes; otro de 23 sobre Paraguay dotado de departamentos de dos y tres dormitorios y otro sobre Rioja, de 12 niveles, con unidades de uno, dos y tres dormitorios). También contará con amenidades, cuatro niveles de cocheras para uso mixto y sumará una plaza pública de 2.400 metros cuadrados con jardines verticales.
En diciembre pasado, la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad había presentado en Ecología un acabado estudio de factibilidad ambiental para que el emprendimiento sea aprobado y pase al recinto, tal como solicitaban los concejales que se oponían.
“Más allá de los impactos negativos identificados que son comunes a todas las construcciones, el proyecto en cuestión presenta impactos positivos destacables”, mencionaba el informe de Planeamiento en su conclusión final y subrayaba: el ahorro de agua y alivio de cloacas generado por la recolección y reutilización del agua pluvial, el ahorro energético dado principalmente por la materialidad aplicada, y la mejora de la calidad del entorno debido a la instalación de jardines verticales y terrazas verdes.
Además, el estudio valoraba “la generación de un espacio público recreativo, que revaloriza el patrimonio histórico (se trata de un área de reserva), destacando la vista desde el centro de la manzana al Palacio Minetti, que actualmente pasa desapercibida”, y los espacios verdes que crea en el corazón céntrico de Rosario: 600 m2 de jardines verticales, 500 m2 de áreas verdes y 350 m2 de áreas verdes cubiertas.
“Se considera que el proyecto es superador a las obras convencionales y apunta a desarrollar la obra en armonía con su entorno integral, tanto ambiental como social y patrimonial”, recalcaba el informe, que también ponderaba la incorporación de energía solar para consumo en áreas comunes.
REDACCIÓN ON24