El proyecto de ordenanza que propone nuevos lineamientos urbanísticos para el barrio de Fisherton sumó nuevas voces de actores privados que tienen activa participación en la zona oeste de Rosario como agentes inmobiliarios y desarrolladores.
“La revisión de la normativa es necesaria porque la actual tiene ya años y hay varios factores que van cambiando el comportamiento de los usuarios y dónde quiere vivir la gente”, indicó a ON24 Darío Abiad, de MA Propiedades y MA Desarrollos. “Hoy, el rol de la pospandemia es un aspecto fundamental, porque quizá antes la gente priorizaba no tener distancias largas en sus rutinas habituales y hoy, prefiere vivir en un entorno más natural aunque tenga que realizar un trayecto mayor”, apuntó.
“Fisherton se encuentra en una etapa de transformación, que, sin lugar a dudas, necesita cambios que se acomoden a la vida actual (…) Estoy seguro que se debe tratar el tema con mucho cuidado y con un alto grado de profundidad”, aportó, por su parte, Ulises Crestale, de Crestale Propiedades.
A su vez, ambos empresarios del real estate local señalaron que hoy en Fisherton se dan dos situaciones que llevan también a impulsar desarrollos inmobiliarios en formatos de condominios en la zona: por un lado, la inseguridad, que genera que “muchos vecinos prefieran vivir en una casa más acotada, también con verde pero dentro de un predio cerrado o semi-cerrado”. Y, por otro, aseveraron que se ven “innumerables carteles de casas semiabandonadas o poco mantenidas en venta”, donde sostuvieron que un proyecto de condominios puede ser una “salida para que la propiedad no pierda valor”.
No obstante, cabe recordar que el lunes pasado, integrantes del Colegio de Arquitectos de Rosario expusieron su posición ante la Comisión de Planeamiento y plantearon que en el interior del barrio, debería construirse no más de planta baja y un piso, al tiempo que pidieron mantener “a rajatabla” el retiro de jardín y los deslindes parcelarios.
Crestale remarcó que “todo debe ser en su justa medida” para “preservar y poner en valor” el barrio. Y añadió: “Si bien no se puede ir en contra del cambio de la vida moderna, tampoco puede ser el ´todo vale´”. Al mismo tiempo, afirmó compartir “plenamente” la preocupación del Colegio de Arquitectos de “querer mantener una zona verde tan rica”, y que “el avance de los metros cuadrados cubiertos sean acompañados por obras de infraestructura, que cubran las necesidades que demandan éstos”.
En similar sintonía, Abiad expresó estar de acuerdo con el Colegio respecto a lo esgrimido en términos de ecología, sustentabilidad, conectividad e infraestructura y consideró que, teniendo en cuenta las nuevas tendencias urbanas, “no se puede limitar la construcción al 100%, así como tampoco creo que sea correcto liberar la construcción en un 100%”. En ese sentido, puntualizó que “tiene que haber un equilibrio” y agregó: “El desarrollo es inevitable pero para que sea exitoso para todas las partes tiene que ser ordenado con una normativa vigente coherente con la actualidad”.
De acuerdo a lo explicado por la secretaria de Planeamiento, Agustina González Cid, ante el Concejo en junio pasado, el proyecto prevé la incorporación de unidades funcionales máximas y diferencia los sectores que cuenten con cloacas, con una unidad cada 250 m2, y sin cloaca, cada 500 m2.
A su vez, se establece planta baja más 3 pisos para Avenida Real y calle Schweitzer, y planta baja más 5 pisos para las avenidas Eva Perón y Jorge Newbery. En tanto, se estipula un Factor de Ocupación del Suelo (FOS) de 0,33 y el de Impermeabilización del Suelo (FIS) en 0,43, aunque para el corredor Eva Perón se lo reduce de 0,7 a 0,5.
REDACCIÓN ON24