La EPE es la ineficiencia del Estado en una de sus máximas expresiones. La construcción privada, que es uno de los grandes motores de la actividad económica y que, por lo tanto, debería contar con todas las facilidades del sector público, más aún en épocas de crisis, como la actual, advierte que, por la falta de respuesta y de servicios de la Empresa Provincial de Energía (EPE), la producción privada de viviendas se ve “fuertemente comprometida”.
De acuerdo con fuentes del sector consultadas por ON24, la espera de un edificio finalizado para que la EPE le otorgue la potencia definitiva puede llegar a los 5 años. Mientras, funcionan con la instalación provisoria, aunque “se hace imposible el normal funcionamiento cuando el edificio está habitado en su totalidad”, señalan.
Así, llueven los reproches a las desarrolladoras, que son el contacto directo con el propietario del inmueble, que si bien cursan los reclamos ante la empresa estatal, aseguran que los mismos “son inviables”.
“No es un problema de provisión de energía sino de distribución, función justamente a cargo de la empresa provincial”, agregan.
“Responden que no tienen cuadrillas disponibles, que no tiene gente calificada para la instalación y que no se puede capacitar con tanta celeridad al personal”, indican las fuentes, de esta manera, la EPE enfrenta miles de recursos de amparo.
“Nada es tan previsible como la construcción de un edificio. Desde que se saca el permiso de edificación con el correspondiente pedido de factibilidad ante la EPE, hasta que se pide la potencia definitiva, pasan 4 años, tiempo suficiente para que la empresa pueda organizar sus recursos para abastecer de energía”, sostienen.
De hecho, apuntan que la empresa pública dispone de un tercio de la cuadrilla que tenía hace 10 años y tampoco hay cableado suficiente. Pero además, la EPE tampoco admite subcontrataciones para efectuar el trabajo de tendido de redes, por lo que todos los caminos (ineficientes) conducen al Estado, que no responde.
Así, “toda la producción de vivienda está fuertemente comprometida por la falta de servicio de la EPE”, manifiestan. Incluso, mencionan que La Favorita, que necesita una potencia de 400 Kw, “está funcionando con potencia provisoria”.
A su vez, la empresa estatal convocó a las desarrolladoras Fundar, MSR, Obring y Bauen para indicarles que no puede otorgarles la factibilidad en Puerto Norte, ya que necesitan un terreno de 30 x 60 metros en la zona para construir una subestación transformadora, que demanda una inversión de 30 millones de dolares, cuya financiación la afronta la constructora y la EPE la paga un año después.
Por estos motivos, y dada la situación, para las fuentes consultadas por este medio, “la EPE tiene dos problemas de fondo: una tarifa subsidiada, ridícula, y la inoperancia, como toda empresa del Estado. Son dos factores que arman la tormenta perfecta para llegar a la situación en la que estamos”, concluyen
REDACCIÓN ON24