Con el paso de los meses la obra del Fideicomiso Sol de Funes comienza a tomar su real dimensión. Un solar de más de 4 hectáreas, lindero a Kentucky, que involucra la construcción de un hotel de 100 habitaciones y 35 cabañas de alquiler temporario con un predio deportivo común.
Sol de Funes es el nombre del primer hotel de construcción metálica en Argentina. Su arquitecto, Marcelo Capriotti, asegura que la estructura metálica reduce sustancialmente los tiempos de obra, es un sistema de vanguardia más limpio que permite un gran ahorro de espacio.
El hotel cuenta con un importante subsuelo donde funcionará la cocina, el comedor para el personal y cocheras para el plantel que trabaja en el complejo. El diseño de la cocina sería directamente acordado con el futuro chef que dirija el restaurant. Aseguran desde la empresa, que la contratación de una reconocida figura del mundo gourmet será una noticia en sí.
Enmarcada en más de 4.000 especies de plantas, el área deportiva merece un capítulo aparte por sus especiales prestaciones que involucran: un spa antiage, salas de musculación, consultorios médicos, una cámara hiperbárica y una sala de fisiatría. La pileta de dimensiones olímpicas contempla un sector recreativo y otro exclusivo para natación. Canchas de football y tenis completan el sofisticado centro deportivo, que podrá ser utilizado aún por quienes no sean pasajeros del complejo.
El hotel desarrollado bajo normas ISO e IRAM, también va hacia la obtención de la calificación de “hoteles sustentables” por su tratamiento de efluentes y ahorro de energía.
La obra civil cuya finalización está prevista para mediados del año próximo, de geometrías puras y estilo minimalista, estará ambientada con muebles y artefactos de autor en su lobby, como la araña de 5 metros de largo exhibida en la entrada. Sin dudas, un ámbito excepcional para la realización de convenciones que contarán con tres auditorios, uno de ellos de usos múltiples de doble altura.
Capriotti promete novedosos diseños en las rejas frontales y diferentes materiales con predominio de vidrio para los distintas caras externas del edificio integrados a la estructura metálica. “Vamos a hacer escuela” enfatiza orgulloso el arquitecto a quien el empresario y desarrollador Néstor Rozín confió la dirección de la millonaria obra.
La segunda etapa del ambicioso desarrollo prevee un Club de Campo que será noticia cuando Hotel Sol de Funes comience a funcionar.
REDACCION ON24