La bajante del río Paraná ha puesto a la actividad fluvial del río ante un panorama histórico, casi sin precedentes, al menos para la actual generación de prestadores de servicios. Mientras que algunas guarderías náuticas todavía siguen sin poder trabajar normalmente, los deportistas también han tenido que adecuar sus prácticas.
La escuela de kitesurf Rosario Kite School se encuentra en actividad desde 2002. Sin embargo, Lisandro Fasce, uno de sus directores, comentó: “Estamos en una situación histórica para nuestra generación. Todo se ha vuelto bastante incierto para el funcionamiento del parque náutico”.
El bajo nivel de agua afecta la práctica de kitesurf, así como la concurrencia de las escuelas. Por un lado, la actividad deportiva puede gozar de playas más amplias y un río menos sedimentado; por otro, el descenso del tránsito náutico complica la llegada de público a las zonas habilitadas para esta práctica.
“La bajante del Paraná nos pone en una situación de playa de arena. Como estamos en el área principal del río, siempre tendremos agua y buena profundidad, pero ahora, además, gozamos de playas de arena amplias y agua menos sedimentada”, explicó Fasce. Bajo estas condiciones, hay más superficie disponible para navegantes.
Sin embargo, la reducción del tráfico de embarcaciones y la caída de actividad en las guarderías entorpecen la llegada de público hasta los paradores habilitados. “Actualmente, en un fin de semana con viento, hay unas cien velas en el río”, explicó Fasce. Si bien las escuelas se encuentran trabajando a buen ritmo, todavía existe una faltante de público con respecto a años anteriores.
Fasce reconoció que todavía hay incertidumbre acerca de la temporada de verano, subrayó: “Las embarcaciones que puedan salir se encontrarán con playas de arena extensas y un lugar donde relajarse al sol es una actividad en sí misma. Si el parque náutico se pone en actividad, tendremos un gran afluente de público como en veranos anteriores”.
