Este año, la Semana Santa comenzará el 28 de marzo con la celebración del Domingo de Ramos. Se extenderá hasta la Pascua de Resurrección, el día 4 de abril. Como cada año, el Jueves Santo contará como día no laborable, mientras que el Viernes Santo será feriado nacional. En ese contexto, los agentes turísticos preparan sus planes para captar clientes en el fin de semana largo.
Tal como anticipó este medio en un artículo anterior, la gran mayoría de los paquetes contratados serán para turismo interno. Las especulaciones sobre nuevas restricciones del gobierno nacional a los viajes internacionales complican la planificación de vuelos a Europa, Estados Unidos, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Chile.
Una vez más, el sur argentino parece llevarse el premio gordo, captando la mayor cantidad de interesados. “La zona de Bariloche viene con mucho movimiento desde el verano”, explicó Rosario Baraldi, titular de Baraldi Turismo. Los paquetes para las 4 noches de Semana Santa, parten de los 14.319 pesos, con desayuno y alojamiento incluidos.
Con menor intensidad se mueven productos apuntados a Calafate y Ushuaia. En este sentido, las alternativas parten de los 12.719 pesos, incluyendo la excursión al Glaciar Perito Moreno y los traslados en destino.
La mayor complicación económica con estos destinos se encuentra en los traslados. Un aéreo desde Rosario a Bariloche puede superar los 70 mil pesos por persona.
Según Baraldi, Mendoza se posiciona también como uno de los destinos más buscados. La provincia cuyana apostó fuertemente por el turismo dentro de sus propias fronteras. Con hoteles que tuvieron una ocupación muy baja, desde la Cámara de Turismo de esa provincia se anunciaron planes de descuentos e incentivos.
Por otra parte, un destino frecuente en estas fechas como la provincia de Misiones, podría presentar una baja en su demanda. Según Baraldi, “se intenta no ofrecer tanto las excursiones a Cataratas del Iguazú porque la cercanía con Brasil presenta muchas complicaciones”.
En el plano internacional, la agente local subrayó que la demanda está desviándose hacia destinos con menos restricciones. “República Dominicana, México, la zona de Florida y, particularmente, Miami, son lugares a los que se va mucho porque no exigen nada en particular para el ingreso”, explicó. En cambio, algunos destinos que supieron funcionar bien ya no son requeridos por los viajeros. Tal es el caso del norte y las costas este y oeste de Estados Unidos.