El conflicto por la continuidad de la actividad náutica sigue vigente en la ciudad. Hace instantes, representantes de los clubes locales se manifestaron en defensa de su actividad. Luego de la aglomeración de personas que se produjo el pasado fin de semana en las zonas de embarque de La Florida y en la isla, los referentes del sector temen una marcha atrás de las habilitaciones provinciales. Mientras que el intendente Pablo Javkin habla de mejorar los controles municipales, se espera por la reanudación de la actividad de estaciones como La Fluvial, que siguen a la espera de decisiones políticas para retomar su operatividad normal.
El secretario de Trabajo, Juan Manuel Pusineri declaró recientemente que “si esto no se corrige, no va a quedar otra alternativa que volver atrás”. Estas declaraciones generaron mucho ruido en la política y, sobre todo, entre los clubes náuticos, guarderías y estaciones rosarinas. El especialista en actividades náuticas Lisandro Maronna, clamó en CNN Radio Rosario que quienes produjeron las concentraciones son personas que “no pertenecen a la náutica”. Por su parte, el referente de la Cámara Náutica de Rosario, Jorge Pinilla, calificó como “un insulto a quienes hacen tanto sacrificio trabajando por la salud” a lo vivido el fin de semana y reclamó “más controles” por parte del municipio.
La vuelta al agua de navegaciones masivas como las que operan desde La Fluvial podría ser parte de una posible morigeración del conflicto. Sin embargo, en la estación se mantienen a la espera de una decisión por parte del Ente Administrador Puerto Rosario (ENAPRO). “En nuestro caso, hay un sistema de tres patas: nosotros como muelle de origen, los transportistas y el muelle de destino. Como estación fluvial estamos listos. Mañana mismo podríamos cruzar. Lo que pasa es que tenemos que ver hacia dónde vamos a cruzar y eso es una decisión política muy importante”, explicó Hernán Ruiz, responsable de relaciones institucionales de La Fluvial.
ENAPRO también gestiona bajo su órbita el desarrollo de un muelle en el Banquito de San Andrés, lugar en el que pretende reforzar su presencia en la isla. Allí se proyectó un espacio con oficinas de servicio médico, seguridad, atención a los navegantes y acceso a internet. Al proyecto inicial se han sumado nuevas medidas orientadas a cumplir con protocolos propios de cara a la pandemia y a la seguridad sanitaria. La finalización de las obras podría recién llegar a mediados de diciembre y, recién allí, comenzaría la operatoria de La Fluvial.
Mientras se espera por este retorno, Maronna sostiene que lo más importante es “hacer un buen trabajo en tierra, en las zonas previas al embarque y en los clubes”. Según comentó en el programa Con Sentido Común conducido por Marcelo Fernández, la aglomeración del fin de semana en los puntos de partida “se dio porque la prefectura hizo muy bien su trabajo, controlando a pie de muelle que la capacidad de las embarcaciones se ocupe al 50%”. La crítica fue para las autoridades municipales y sugirió: “Quizás deberían haber convocado a personal para que invite a la gente a guardar el debido distanciamiento, aunque la cola llegase desde La Florida al estadio de Central”.
Por otra parte, la bajante del Paraná también supone un agravante para los problemas de circulación. “El río está bajo, a tal punto que este fin de semana el 40% de las guarderías no abrieron”, dijo Pinilla. Este tema también trae aparejados algunas tensiones entre propietarios de embarcaciones y administradores de guarderías náuticas. Según Maronna “hay gente que hace un año y medio que paga por embarcaciones que no pueden usar y están clavadas en el barro”.
Ruiz, por su lado, llamó la atención acerca de la convivencia entre el cruce masivo de gente a las islas y los protocolos y habilitaciones existentes en la ciudad. “La gente no tiene adónde ir. No están habilitadas las actividades en los clubes, ni la estacionalidad en parques; al abrirse la posibilidad de cruzar a la isla, es obvio que todos se van a volcar hacia allí”, explicó. Además, comentó que las restricciones a la circulación en auto dentro de Rosario representan un problema a corregir. “Si a las 20:00 no se puede circular más con auto, a las 19:00 las lanchas tienen que estar guardadas. Es imposible cruzar masivamente gente y devolverla a la ciudad a esa hora. Una cosa es que yo vaya con mi lancha y mi familia, pero cruzar con capacidad tan reducida es muy difícil. Tendría que comenzar a cruzar a la gente a las dos o tres de la tarde para llegar a tiempo”, comentó.
