Martes 27 de febrero de 2018 – El motivo más importante por el cual una empresa comienza a plantearse la relocalización de su planta en un parque industrial es el crecimiento. Por lo general, llega un momento en que ya no tiene más posibilidades de seguir creciendo en el espacio en el cual nació.
Luego, existe un tema de reordenamiento. Existen empresas que fueron creciendo, pero desordenadamente. Es así como levantaron una fábrica en una cuadra; después, lo hicieron en la vereda de enfrente; y luego, en algún otro espacio cercano. Este es el típico caso de plantas que fueron creciendo de forma desordenada dentro del ejido urbano, y al no alcanzarles el espacio físico, debieron ampliarse dentro de la misma zona. Muy probablemente, esas distintas instalaciones propias de una misma fábrica fueron acarreando problemas logísticos y de control, como así también inconvenientes con el barrio o con los vecinos.
Sumado a esto, están aquellas empresas que no cumplen con las normas que les exigen los organismos reguladores, y en el momento de tener que hacer una gran inversión para la rehabilitación, deciden invertir directamente en su relocalización en un parque industrial.
Con esta decisión, las empresas buscan también garantizar su funcionamiento a futuro, es decir, instalarse por fin en un lugar pensado para que la industria funcione a largo plazo. Por eso el parque industrial asegura que lo que se invierte en el inmueble de esa industria tenga además un valor a futuro. La continuidad en el tiempo de uso valorizará esa inversión.
Las empresas que tienen mayor necesidad de relocalizarse son las medianas y las grandes. Imaginemos una empresa que funciona en una ciudad, donde entran y salen camiones, molestando al barrio y los vecinos, y generando de esta manera disturbios en el entorno. Una PyME es probable que no tenga esa dificultad porque usa otro tipo de transportes o tiene un funcionamiento más característico de una empresa de servicios, por lo que no genera gran impacto. Sin embargo, el hecho de ingresar a un parque también le da otros beneficios como es el caso de la seguridad jurídica.
Asimismo, al integrarse a un agrupamiento, la empresa vivencia lo que significa formar parte de una comunidad productiva, donde está protegida y convive con otras empresas con las mismas problemáticas. En conclusión, al no tener problemas con vecinos, problemas de inspección o de contaminación, el parque industrial le permite a la empresa focalizarse en trabajar y mejorar la producción, y no en resolver las contingencias que tiene una fábrica que está afuera de su ámbito.
*Titular del Polo Industrial Ezeiza; Presidente de la Red de Parques Industriales de la Provincia de Buenos Aires; miembro del Comité Ejecutivo de UIPBA, y Presidente de la Comisión PyME, Desarrollo Regional y Transporte de la UIA.
Fuente: revista Fortuna