La sensación de pasar los cambios al momento de manejar un auto fue, durante mucho tiempo, una cuestión innegociable para los argentinos.
Especialmente entre los hombres, tener el control de la caja era parte de estar frente al volante. De lo contrario, hasta admitían que perdía esencia el manejo.
Sin embargo, en los últimos años la implementación de las transmisiones automáticas en muchos modelos de marcas masivas permitió que un mayor número de compradores empiecen a tenerlas en cuenta.
Esta incorporación llegó no sólo a los modelos tope de gama, sino también a los de entrada de gama, algo que no ocurría hasta el momento.
Junto a este interés de los clientes -muchos de los cuales descubren la comodidad de esta transmisión cuando viajan al exterior y alquilan autos-, los precios fueron cambiando y la brecha entre un modelo con una u otra transmisión comenzó a achicarse.
Así se cayeron varios mitos y el resultado es que, en los últimos cuatro años, las ventas crecieron más que en toda su historia: se pasó de un 4% del total de autos vendidos con caja automática en 2013 a un 13% en la actualidad.
Entre las marcas masivas, todas ofrecen alguna opción con caja automática. Sin embargo, en algunas se difundió más que en otras.
También es diferente la política de cada automotriz en cuanto a qué modelos la integran y cuáles no.
Un caso extremo es Honda. La japonesa sólo vende autos con caja automática del tipo CVT (Transmisión Variable Continua). De su oferta integrada por Fit, Civic, Accord, HR-V y CR-V, ni siquiera los modelos de entrada de gama cuentan con caja manual.
En la otra punta se encuentra Renault, que únicamente ofrece la opción de caja CVT en el Fluence, el sedán que por el momento es el tope de gama.
Por otro lado, es la marca que menor diferencia de precios tiene entre la automática y manual, de solo $2.000: $432.000 o $434.000 por cada versión.
También en Fiat hay dos opciones. Por un lado, ofrece dos modelos con caja automatizada Dualogic. Son el Fiat Grand Siena y Línea.
Al mismo tiempo, tiene la propuesta más desarrollada, que es una AT de 9 marchas en la pick up Toro, la cual fue desarrollada por Jeep.
Con esta opción superó a Volkswagen, que cuenta con una caja de 8 marchas en la Amarok.
Otras marcas masivas como Volkswagen, Ford, Toyota, Chevrolet, Peugeot y Citroën, ofrecen modelos desde la gama de entrada con transmisión automática y se encargaron de popularizar la alternativa.
En algunos casos ofrecen dos opciones. En Volkswagen la caja del Gol no es la misma que en el Golf, Vento o Passat.
En el primer caso se llama I-Motion, automatizada con cinco velocidades controladas por una central electrónica, la cual es asistida por diversos sensores para realizar los cambios de marcha de acuerdo al régimen del motor y al modo de conducción.
La ventaja es que permite a VW ofrecer el modelo más barato con caja automática, que es el Up Move I-Motion, a $251.000.
En el caso los modelos de gama media y alta, la caja se llama DSG y es totalmente automática, permitiendo que los cambios de marcha tengan lugar sin interrupción alguna del flujo de potencia.
Cuenta con un cambio de doble embrague: al realizarse un cambio de marcha, la siguiente ya está preseleccionada, pero aún no engranada, por lo que el procedimiento lleva tres a cuatro centésimas de segundo. Esto permite realizar los pases sin que el conductor lo perciba y sin interrupción de la potencia.
Otra particularidad es que el conductor puede accionar el cambio DSG manualmente o permitir que los cambios de marcha tengan lugar automáticamente.
Lo mismo sucede en Toyota con el Etios y el Corolla, el primero con una caja con convertidor de par de cuatro marchas y el sedán con una CVT.
Ambas son automáticas; es decir, los pases de cambios son hechos por el mismo sistema de transmisión.
La diferencia es que mientras la automática tradicional usa engranajes para las velocidades, la caja CVT se basa en poleas de diámetro variable conectadas mediante correas metálicas. Gracias a esto se obtiene una gran variedad de relaciones posibles y un sistema inteligente es capaz de ajustar el modo exacto de manera suave, sin que el conductor note “saltos” en la aguja de las RPM.
La ventaja es que se mantiene el motor en el régimen óptimo en el que se ofrece la mayor fuerza posible (el de máximo par motor).
Chevrolet también emplea una automática de 6 marchas para el Onix y una GF6 de tercera generación para el Cruze.
En Citroën y Peugeot, la apuesta es la misma para todos los modelos, con la caja Aisin. Algo similar ocurre con Ford, que implementa su Powershift en variedad de modelos.
“El 70% de la oferta de nuestra marca tiene la opción de caja AT“, explicaron en Citroën. “Todos los modelos cuentan con el sistema más avanzado AT6desarrollado por la japonesa Aisin”, agregaron.
Más allá del gusto o no por la caja automática, el precio es otra cuestión que se pone en juego a la hora de elegirla, lo que varía según la marca y el modelo.
En algunos casos, hasta prefieren no establecer diferencias en sus valores. Ocurre especialmente con aquellos modelos que están al borde del impuesto interno. En estos casos, incrementar el valor por el equipamiento implicaría pasar la barrera.
Entre las masivas, las diferencias van entre los $3.000 hasta los $25.000 por una transmisión de última generación.
En el caso del Volkswagen Gol con el sistema llamado I-Motion, la versión tope de gama –Highline– tiene un precio de $327.000 con caja manual y de $347.000 con la versión I-Motion.
En el caso del Vento, el sedán del segmento medio con transmisión DSG, la diferencia que se debe pagar por la caja automática es de $25.000.
Se trata de una versión con motor 1.4 de 150 CV, con nivel de equipamiento intermedio Comfortline: el precio pasa de $479.187 a $504.293 en caso de elegir la transmisión de DSG.
Por último, otro dato de Volkswagen es que ofrece el Passat únicamente con caja automática. Sucede que, en las versiones tope de gama, es cada vez más demandada esta opción y prácticamente desaparecieron los pedidos de la caja manual.
En Toyota es otra de las marcas que cuenta con una gran variedad de modelos con opciones de caja. El Corolla, el sedán más vendido, el precio de la versión tope de gama SEG MT es de $495.900, mientras que la CVT asciende a $515.900.
En el otro extremo, el más económico, el Etios, tiene un valor en la versión XLS de 6 marchas manual hatchback de $271.800, mientras que por la caja automática hay que pagar $284.200.
Luego se ofrece una versión tope de gama, que es la Platinum, sólo con caja automática a $306.300.
En Ford por un Focus SE Plus, con caja manual, se pagarán $482.400, mientras que el AT tiene un precio de $504.700.
El más barato de la marca con transmisión Powershift es el Fiesta SE, que pasa de $321.000 a $346.000 con esta transmisión.
En Renault la única opción es el Fluence, el cual en su versión Ph2 2.0 Luxe Pack sale $432.200, mientras que por $2.000 más se accede a la caja AT.
En Citroën, que en los últimos meses incorporó la opción AT en varios modelos, la diferencia que hay que pagar es de $20.000. El C3 Feel manual sale $367.000, frente a los $387.000 de la versión con AT.
En los concesionarios se estima que, en el corto plazo, la caja automática tendrá un gran crecimiento en el mercado, ganando terreno a la manual.
Esto sucederá por la mayor oferta de modelos con esta opción, que antes era exclusividad de las marcas premium y modelos tope de gama, como también por el acortamiento de la brecha de precios entre las opciones.
Por otro lado las pick ups, vehículos que nacieron para el trabajo, tienen una demanda creciente en las versiones automáticas, algo que era impensado hasta hace unos años.
De esta manera, con una mayor oferta y más competencia, se estima que los valores se irán ajustando cada vez más.
Otro dato a tener en cuenta es que, los autos eléctricos o híbridos, vienen solamente con transmisión automática, por lo que será una necesidad para las marcas que el cliente se acostumbre.
Si bien llegarán recién a fin de año, y la penetración será lenta, son el futuro.
Lo que admiten los vendedores es que, para los clientes que prueban la caja AT, es un “viaje de ida”. Es tal la comodidad que implica manejar esos vehículos, que no regresan a las viejas manuales.