Este fin de semana el banco Santander Río realizó lo que se conoce como un “vuelco” para fusionar los sistemas de su banco con los de la banca minorista del Citi. Serán medio millón de clientes los que comenzarán a operar dentro de los sistemas del banco de origen español.
A cargo de este vuelvo estuvo Miguel Ángel Bilello, CIO del Santander que habló con Infotechnology para la edición de agosto que todavía no salió a kioscos. Allí, Bilello cuenta que el proceso comenzó en 2016 con el cambio en las sucursales para que adopten tecnología del Santander Río. “Tuvimos que tomar los productos y clientes del Citi y definir a qué productos equivalentes teníamos para migrarlos dentro de la estructura de nuestro banco. Así empezó el diseño de la estrategia de vuelco. Como hay transacciones en el aire, es decir, que la operatoria no se cancela nunca, hay que armar un blueprint muy preciso. Pero, además, como se espera que crezcan 20 por ciento las transacciones desde el minuto uno del vuelco, hay que preparar la infraestructura para que soporte esa carga,” cuenta.
Para preparar el famoso vuelco, Bilello y su equipo de 83 personas –303 si se cuentan los empleados IT de otras compañías que dan servicios al banco y que son de su propiedad—trabajaron los fines de semana, los momentos en los que el sistema tiene menos presión por la cantidad de transacciones realizadas. “La gente solo ve el proceso de rebranding pero adentro de las sucursales, que son 481 en todo el país, tuvimos que poner nuestras propias terminales. Para eso se requiere una logística muy precisa. Pero de todo, el vuelco es lo más delicado porque implica bajar los sistemas del Citi para sus viejos clientes y que, desde determinado momento, pasen a trabajar desde nuestros sistemas. Son 500.000 nuevos clientes y 70 sucursales que se suman,” cuenta Bilello.
No es, sin embargo, la primera vez que Bilello tiene que conducir un vuelco semejante. Tuvo una experiencia “piloto”, en 2009, cuando Santander Río se hizo de la banca minorista del BNP Paribas a escala local lo que implicó una adición de 30.000 clientes al sistema y el reacondicionamiento de 17 sucursales. “Siempre seguimos un proceso para este tipo de compras. Cuando se trata de una fusión no hay tanta complicación porque se opera con sistemas propios desde día uno. En cambio, si hay que hacer un vuelco hay que acotarlo en el tiempo. Son muchos procesos, cada cual con sus controles, actualizaciones y mejoras en la calidad de los datos. Antes de hacer el negocio uno debe saber cuánto va a costar la integración tecnológica y cuánto tiempo tardará.”