Marzo será un mes de definiciones estructurales para la gigante de electrodomésticos Garbarino. Tras el fracaso de su venta al Fondo Inverlat (único candidato firme a quedarse con la cadena) y una millonaria deuda con proveedores y entidades bancarias, la empresa enfrenta un duro ajuste que implicaría una sustancial reducción de sucursales y personal.
Según el Diario Ambito Financiero, Garbarino contaba con una deuda bancaria de poco más de $3.600 millones, siendo sus principales acreedores los Bancos Santander y Galicia, con quienes habría acordado una reestructuración, cediendo a cambio un mandato de venta, poder que ya estaría ejerciendo la banca privada para vender y achicar las deudas.
Los rumores confirmados a través de otras empresas del rubro, aseguran que esta no es la primer crisis de la cadena familiar: “han pasado por otras reestructuraciones de deuda, que ellos mismos imponían a sus proveedores, incluso por conflictos familiares que seguramente habrán aportado al combo de factores que los llevaron al borde de la quiebra” , apuntó un referente del sector.
Con más de 4.000 empleados y 200 sucursales esparcidas por todo el país, la crisis de Garbarino tendrá un impacto nacional con final abierto, también para la provincia de Santa Fe. En la ciudad, Garbarino está presente con locales en los shoppings Alto y Portal, una sucursal en Peatonal Córdoba, otro negocio en Hiper Libertad y un depósito en la localidad de Pérez. En el resto de la provincia hizo pie en Santa Fe Capital, Rafaela y Venado Tuerto.
