Cená temprano: ¿Cómo se cubren los gastronómicos de las nuevas restricciones?

Buscan atraer al público a una nueva franja horaria, pero advierten que no hay margen para promociones

“Cená temprano” es la consigna que cientos de locales gastronómicos promueven en sus redes sociales. A raíz de las nuevas restricciones impuestas por el gobierno en el marco de la segunda ola de Coronavirus, el sector vuelve a ver su actividad afectada. Actualmente, hay en Instagram más de 500 publicaciones utilizando el hashtag, pertenecientes a restaurantes de todo el país. Los empresarios locales sostienen que ya no hay margen para ofrecer promociones.

Según explicaron desde Mercado Pichincha, los horarios de cena que se busca cubrir actualmente son las franjas de 20 a 22 horas y de las 22 hasta las 23:30, es decir, media hora antes del horario de cierre. “La idea es adelantar la salida. Se trata más bien de un pedido, aunque sabemos que es difícil porque la gente ya tiene sus propias costumbres arraigadas”, explicaron desde el corredor gastronómico.

Aunque hay varios flyers circulando en redes sociales y grupos de WhatsApp, el mensaje principal que contienen varía muy poco. “Apoyemos a nuestros gastronómicos. Sigamos comiendo rico. Respetemos el protocolo. Sigamos juntos”, dicen. Algunos locales han decidido además acompañar sus publicaciones con mensajes que hablan de los beneficios de cenar temprano o de las costumbres en otros países del mundo en los que lo habitual es que el horario de cena comience a las 19:30.

La iniciativa también comenzó a formar parte del discurso político. Pablo Javkin ya mencionó en reiteradas apariciones públicas la necesidad de cambiar de hábitos, aunque puso paños fríos ante rumores de un cierre total. “Tendremos que cambiar de horarios. Yendo más temprano le damos una mano al sector”, dijo.

Sin embargo, fuera de la apuesta por la comunicación, los empresarios del sector sostienen que “no hay margen para promociones”. Desde Mercado Pichincha afirman que recurrir a este tipo de herramientas terminaría por acabar con los ya castigados márgenes de rentabilidad del sector.

En San Lorenzo, los gastronómicos decidieron no acatar las restricciones nocturnas. Según comentó en CNN Radio Rosario Damián Perassi, dueño de un bar de la ciudad vecina, “es una cuestión de supervivencia, no un capricho adolescente como algunos dicen”. El empresario dijo: “Con la restricción nocturna perderíamos entre el 50% y el 70% de los ingresos”.

En cuanto al impacto de las restricciones en su primer fin de semana de vigencia, todavía no hay una estimación clara en la ciudad. El mal tiempo produjo una significativa merma en la afluencia de clientes. “Se trabajó al 40% de la ocupación que veníamos teniendo”, explicaron desde Mercado Pichincha.

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