Hace años que la comida vegana dejó de ser exclusiva para veganos. Ahora, cada vez más gente se acerca a este universo que trae nuevos sabores que, sin dejar de ser ricos, son saludables. Santiago Figueroa, Brian Retto, Valeria Brignolo y Agustina Murua, creadores de Pizza Vegana, reconocen esta moda pero no lo toman como algo pasajero, sino que buscan subirse a la ola para generar conciencia a largo plazo.
“El proyecto surgió a mediados de 2014 con un concepto de pizzerías a puertas cerradas y la apertura del primer local a la calle fue en agosto de 2015”, recuerdan. Con el objetivo de unirlo con el interés vegano, tuvieron la idea de recrear una comida popular como la pizza en una versión sana. “Nuestra experiencia previa en restaurantes y cocina nos abrió los ojos a entender que todos los sabores pueden ser reproducidos y que utilizando productos nutritivos podemos crear sabores más allá de lo imaginado”, explica Brignolo.
Hoy, los productos de Pizza Vegana no contienen derivados de animales, son 100 por ciento vegetales y libres de gluten. La cadena ya tiene cinco locales en Capital Federal (San Telmo, Caballito, Núñez, Palermo y Recoleta) y dos en el conurbano (Lomas de Zamora y Vicente López). “Tenemos sucursales vendidas en Martínez, San Isidro, Devoto, Villa Urquiza y Mar del Plata. También estamos sondeando opciones en Quilmes y Remedios de Escalada”, enumera Brignolo.
“La motivación más grande para comercializar la marca fue que es un producto pensado para todos. Teníamos muy buena aceptación de los que nos visitaban y cada vez eran más”, recuerda una de las fundadoras. Esto los impulsó a salir del esquema de puertas adentro y hacer que más personas conocieran el producto con las aperturas de Caballito y, casi en simultáneo, la de Palermo.
Con la intención de expandir rápidamente el modelo y el veganismo, el sistema de franquicias fue el método ideal para el grupo de emprendedores.
“Desarrollarla como una franquicia artesanal nos da la posibilidad de una expansión territorial casi sin límites, gracias a que el franquiciado adquiere sus propias herramientas para elaborar su materia prima y con un bajo costo de ingreso a la marca”, sostiene. Una franquicia tiene un valor de ingreso de $ 50.000 y un cobro mensual sobre la facturación del 5 por ciento en concepto de regalías y 1 por ciento de publicidad.
La inversión inicial, dejando de lado el ingreso de la marca, varía en sus costos de acuerdo al estado de la locación comercial que el franquiciado pudo encontrar. De todas maneras, entre gastos y equipamiento, la base de la inversión es de $ 190.000. Mientras tanto, en 2016 facturaron $ 1.900.000.
Los contratos son por cuatro años y el franquiciado tiene libertad para sumar sabores a la carta y diseñar el local de acuerdo a su estilo, siempre y cuando mantenga el concepto vegano. “Cada franquicia es independiente, pero vamos a los locales y tenemos presencia semanal para hacer control de calidad y cuidar la marca”, aclaran.
El foco está puesto ahora en el desarrollo. “El principal objetivo es fortalecernos como marca”, dice Brignolo. En esa línea, crearon alianzas para ofrecer bebidas, postres y productos saludables, lo que les da la posibilidad de ampliar la carta y promover a otros emprendedores veganos. “Por otro lado, nos dedicamos a optimizar el servicio”, lo que incluye la plataforma de pedidos online. Así, Pizza Vegana quiere consolidar una tendencia que llegó para quedarse.