En Japón, la industria automotriz (como muchas otras ramas) tiene su miniaturización. La misma es conocida como Kei Cars, que en español significa “coche liviano”. Lo que motivó su creación fue la necesidad de revitalizar la economía, creando un acuerdo ejemplar entre el estado y la industria.
Esto sucedió debido a las repercusiones que tuvo la Segunda Guerra Mundial en aquel territorio. La crisis hizo que el gobierno se apoye en la legislación para intentar revitalizar la industria automotriz y la economía, fabricando un auto popular. La premisa fue el que vehiculo debía ser barato y ayudar a la movilidad, ya que la mayoría de los japoneses solo podían costearse una moto. A raíz, la cilindrada fue limitada a los 149 cc y las dimenssiones a los 2,8 m de largo y 1,0 m de ancho. Luego, sufrió variaciones.
Hoy en día los Kei Cars tienen un motor de 660 cc con 64 CV, 3,4 m de longitud y un ancho de 71,48 m. Su altura, no supera los 2 m. Por otra parte, cuentan con ventajas impositivas, como la de estar exentos del certificado de plaza de estacionamiento (sin el cual los japoneses no pueden comprar un auto), facilidades tributarias, su accesible precio, agilidad, bajo consumo y versatilidad.
