Los precios internacionales del maíz sufrieron un nuevo revés durante la última semana, ante el predominio de noticias bajistas. Una serie de embarques rechazados por parte de China más la propuesta que se debate en el Congreso norteamericano para discontinuar el mandato del etanol introdujeron nuevos temores en un mercado que necesita que la demanda absorba el pronunciado incremento de oferta logrado en la presente campaña. De este modo, las cotizaciones del contrato cercano interrumpieron la recuperación que comenzaron a principios de mes y cerraron la semana con pérdidas del 1,3%.
Fuentes del mercado aseguran que los controles fitosanitarios en puertos de China continuarán durante las próximas semanas, generando gran incertidumbre sobre el ingreso de los buques programados. Al parecer, la cosecha del gigante asiático ha resultado mayor que la esperada y el sistema de reservas estratégicas acumula un balance holgado en las provincias del noreste, restándole necesidad a las compras externas pautadas con fines de cobertura. Si bien el USDA estimó el miércoles una producción récord de 211 millones de toneladas, la China National Grain and Oils Information Center (CNGOIC) ubicó la misma en 217,7 millones un día después. En este contexto, los traders están buscando la forma de reorientar las cargas hacia otros destinos asiáticos donde la variedad MIR 162 sea admitida, destacándose Corea del Sur y Japón entre los grandes importadores.
En lo que ha transcurrido del ciclo 2013/14, Estados Unidos comprometió el embarque de unas 27 millones de toneladas a diversos destinos, volumen que representa más del 70% del saldo exportable proyectado para toda la campaña. Sin embargo, dado que este año la relación stocks/consumo llegó a un máximo de los últimos cinco, el volumen de ventas está en condiciones de aumentar si en Sudamérica no se logra la producción actualmente esperada.
En tanto, la semana pasada se conoció una propuesta para interrumpir el mandato de etanol en Estados Unidos, con el objeto de atenuar el impacto medioambiental. La iniciativa llega en un momento en el que la industria avizoraba un panorama óptimo, con el sostenimiento de los precios del petróleo alrededor de u$s 100 por barril y la principal materia prima acercándose a los u$s 160/ton, la mitad del valor alcanzado hace doce meses. Si bien conociendo la orientación general del Parlamento luce difícil que el país del Norte dé marcha atrás con esta política, es probable que las condiciones de mercado sean tan favorables que los subsidios puedan eliminarse sin provocarle a la industria un golpe necesariamente letal.
Por otro lado, la publicación de un nuevo informe de estimaciones agrícolas mundiales del USDA no generó un impacto considerable en Chicago. La proyección de inventarios finales se redujo hasta 45,5 millones de toneladas, ante las mayores previsiones de demanda interna y exportaciones frente a una producción que quedó sin cambios en 355,3 millones. Sin embargo, la cifra cayó dentro del rango esperado por los fondos especulativos, que habían cubierto una parte de sus posiciones cortas en los días previos.
El Departamento de Agricultura norteamericano no efectuó cambios en sus números de cosecha para Sudamérica, manteniendo su visión de 26 millones de toneladas para Argentina y 70 millones en Brasil en el ciclo 2013/14. Dado que tampoco se introdujeron modificaciones por el lado de la demanda, todavía se asume que las exportaciones conjuntas totalizaran 38 millones de toneladas. Cabe destacar que ambos países sembraron una proporción considerable de la superficie con maíces tardíos o de segunda, lo que atrasará el ingreso de las cosechas a los canales comerciales. Un proveedor alternativo a Estados Unidos hasta entonces es Ucrania, que consolida su lugar en el lote de países más excedentarios en la producción del cereal.
Las fuentes de nuestro país son más cautas y no han dado a conocer aún estimaciones de producción, pero entre los participantes del mercado se descuenta un rango de 21-23 millones de toneladas. El avance de la siembra a mediados de diciembre no llega a dos tercios del área de intención nacional y si bien el clima de las últimas semanas se ha vuelto favorable, son inciertas las posibilidades de rinde de los cultivos sembrados en pleno mes de enero, pese a que en los últimos dos años los resultados fueron positivos. El retraso en la implantación para la campaña 2013/14 y el acelerado ritmo de embarques en los primeros meses de la 2012/13 hacen pensar que el stock final será muy bajo y el mercado se encontrará muy tirante entre los meses de febrero y marzo del próximo año.
Por lo pronto, el segmento disponible se mantiene firme, reflejando que la oferta para los próximos meses es menos abundante que en años anteriores. Buena parte del pico estacional de demanda para alimentación animal se atravesó hace algunas semanas, restando ahora un remanente menor hasta el ingreso de los primeros lotes de la nueva cosecha. La exportación está prácticamente retirada de la plaza, lo que resta competencia y evita una escalada de los valores de mercado. Durante los últimos días los precios fluctuaron entre $ 1.050 y 1.100 por tonelada, aunque se obtienen mejores condiciones en operaciones con pago diferido.
En tanto, los precios a cosecha continúan en el rango de los u$s 150-155 por tonelada, premiándose la entrega anticipada durante los meses de marzo y abril. Durante algún momento de la semana había compradores dispuestos a mejorar hasta u$s 160/ton con descarga pautada para la primera quincena de marzo. Según distintas proyecciones de la evolución del tipo de cambio que pueden plantearse a través de la operatoria de los futuros, dicho valor equivaldría a unos $ 1.100-1.150 por tonelada. No obstante, los productores entienden que no es una mejora sustancial respecto de los $ 1.050/ton que llegaron a pagarse en cosecha temprana durante el presente año, teniendo en cuenta el diferencial de costos.
La oferta de maíz nuevo continúa muy retraída. Hasta el momento la exportación logró adquirir cerca de 1,5 millones de toneladas y la industria declaró hace un mes y medio compras por casi 60.000 toneladas. Ambas cifras muestran una considerable caída respecto del ritmo exhibido a la misma altura del año pasado, en el que el avance comercial fue récord. Da la impresión de que, a diferencia de otros años, el productor no buscará «hacer caja» con el maíz, esperando que las variables económicas se ajusten de manera tal de permitir mejores condiciones para la venta.
Autor: Guillermo Rossi – Fuente: BCR