Cada vez más afianzados en el sector agropecuario, los desarrollos en agricultura de precisión concentraron la mirada de técnicos y productores de la Argentina y anticipan la importancia de la tecnología a la hora de pensar la agricultura en el futuro cercano. Con la participación del INTA, una empresa argentina desarrolló una aplicación que, desde un dispositivo móvil –un celular y una tableta–, funciona como monitor de siembra, coordina la actividad de varias sembradoras en simultáneo y simplifica una tarea que solía realizarse con hasta seis monitores, valuados en un costo estimado de 30.000 dólares.
“Con la antigua tecnología, si algún monitor dejaba de funcionar no se podía sembrar, hoy si se daña el celular o la tableta puede reemplazarse por otro dispositivo a un costo no muy alto y al que se le puede volver a instalar la aplicación”, analizó Andrés Méndez, especialista del INTA Manfredi –Córdoba–, que acompañó el proceso de creación de este software, ya disponible para dispositivos móviles con sistema Android.
Según definió técnico, el desarrollo resulta “algo más innovador, más simple y más barato”. “La aplicación cuesta alrededor de 100 dólares y la tableta o el celular son productos genéricos y de uso masivo que, con tan sólo descargar la aplicación, pueden convertirse en un monitor de siembra de aplicación variable”, afirmó Méndez.
El especialista señaló que la innovación permite reunir en un mismo dispositivo la información correspondiente a varias sembradoras, lo que implica la posibilidad de configurarlas y tenerlas listas para realizar la siembra.
Asimismo, destacó que la tecnología prescinde de un sistema de cableado, debido a que la comunicación entre el dispositivo móvil y la caja que mueve el tren cinemático de la máquina se logra con conexión inalámbrica. “La caja de la sembradora posee una placa de wifi que interactúa con el sistema wifi incorporado en el celular y eso hace que sea sencillo establecer una comunicación a distancia y sin cables”, observó Méndez.
De acuerdo con el técnico, en 1998 cuando recién emergía con más fuerza la agricultura de precisión en el país y la aplicación variable de insumos era incipiente, esta práctica se llevaba a cabo con varios equipamientos que se importaban desde Estados Unidos.
“Antes, para realizar una doble fertilización y siembra variable se requería una sembradora que contara con tres monitores –uno para cada tipo de siembra– y, a su vez, un GPS al que respondían los monitores”, relató Méndez, quien además explicó: “Cada monitor estipulaba la cantidad de fertilizante y de semilla que debía colocarse en cada zona del campo y esa información ingresaba a otro equipo –llamado actuador– que transformaba la dosis recomendada en el número de vueltas a la que debían girar los motores hidráulicos de la sembradora para que se moviera”.
En términos de costos, el especialista indicó que los equipos tenían un precio estimado de 30.000 dólares que, incluso, se incrementaba cuando el productor trabajaba con una sembradora de nueve surcos variable, fertilizaba con más de un insumo o aumentaba la dosis de aplicación.
“Tanto cada monitor variador de producto –semilla o fertilizante– como el GPS diferencial y el actuador costaban cerca de 5.000 dólares, cifra que se sumaba a los tres motores hidráulicos cuyo valor ascendía a 2.000 dólares por unidad”, calculó Méndez. (INTA)