De acuerdo con las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) la población mundial pasará de 6.900 a más de 9.200 millones de habitantes, en 2050. Así, en los próximos 40 años, la demanda de agroalimentos crecerá un 70%. El desafío está planteado y la Argentina tiene una oportunidad única en la que deberá aumentar la eficiencia productiva y aplicar las tecnologías disponibles.
Para Ricardo Bartosik –técnico del INTA Balcarce, Buenos Aires–, este incremento de habitantes en el mundo demandará granos especiales con segregación e identidad preservada, con mayores requisitos de calidad, sanidad e inocuidad, mayor demanda de certificaciones e implementación de buenas prácticas y trazabilidad.
En este contexto, el silobolsa cumple un rol “fundamental”. Así lo entiende Bartosik quien explicó que esta técnica de guardado tiene numerosas ventajas entre las que se destacan su bajo costo y fácil implementación. “Además, mejora la logística de poscosecha, se adapta fácilmente a programas de trazabilidad y segregación de granos y reduce pérdidas de poscosecha”, aseguró.
Asimismo, el especialista se refirió a su amplia capacidad de almacenamiento flexible: “Las bolsas tienen 60 metros de largo en las que se pueden guardar aproximadamente 200 toneladas de trigo, maíz y soja y 120 toneladas de girasol, tanto en el lote de producción como en una playa anexa a una planta de acopio”.
Bartosik se refirió al silobolsa como el “hito tecnológico del campo argentino” disponible para el mundo a fin de solucionar, en gran medida, los problemas de seguridad alimentaria.
En países como la Argentina, Brasil, Sudáfrica y Rusia en los que las grandes extensiones de territorio con grandes volúmenes de producción, esta tecnología representa una solución para la problemática en la logística de la poscosecha. En este sentido, la reciente cosecha gruesa nacional arrojó un récord de 40 millones de toneladas de granos almacenadas en bolsas plásticas.
Asimismo, resulta ideal para casos como los de India, China y países del Sudeste Asiático en los que las pérdidas en poscosecha superan el 20% y hasta el 25% de la producción por la deficiencia de su infraestructura.
Por su parte, también resulta una buena opción para aquellos países desarrollados como Estados Unidos o Australia que necesitan resolver el déficit de almacenamiento e implementar programas de segregación y trazabilidad, o almacenamiento con atmósferas modificadas a bajo costo.
Del 13 al 16 de octubre, el INTA realizará el Primer Congreso Internacional de Almacenamiento de Granos en Silo bolsa. El encuentro, único en su tipo a escala mundial, se centrará en todo el conocimiento disponible, como así también recomendaciones de manejo y actualizaciones, para un uso eficiente de esta modalidad de almacenaje.
Además de conferencias plenarias y talleres, el encuentro ofrecerá una jornada a campo con demostración de toda la tecnología de silo bolsa. El programa completo puede consultarse en la página del evento en www.congresosilobolsa.com.ar. (INTA)