Hace un año atrás comentábamos como las últimas lluvias de mayo alcanzaban a gran parte de la región pampeana. Aparte, en la primera semana de junio 2021, más milímetros en el este consolidaban la siembra triguera que terminó a un paso de alcanzar 7 M de ha (6,9). Aiello comentaba que la preponderancia de la corriente cálida de Brasil fomentaba un desvío positivo de las temperaturas del Atlántico, moderando la circulación de aire frío desde el sudeste y aportando mayor humedad.
Por el contrario, hoy dominan las circulaciones frías y se espera el regreso de las heladas en los próximos días. Y en el Pacífico, el último índice ONI publicado por la NOAA muestra un mayor enfriamiento: pasó de -1,0 a -1,1 a principios de junio. “La Niña” sigue activa y fortaleciéndose, contrariando el comportamiento que suele mostrar en esta época del año. “Estamos transitando un escenario bastante atípico con la influencia de tres periodos seguidos de enfriamiento del Pacífico Ecuatorial Central en niveles Niña. De las últimas tres campañas finas, la actual condición de los perfiles muestra que este ciclo se inicia con las peores condiciones de humedad edáfica. La situación es muy grave hacia el oeste mediterráneo donde los faltantes de agua en milímetros ya superan la provisión normal media de todo el invierno”, explica el consultor Elorriaga.
Actualmente, el 80% de la región pampeana está en una situación seca a muy seca como se observa en la imagen de anomalía de clasificación de humedad en los suelos. El centro de la sequía está en Córdoba y San Luis y empieza a ganar terreno en el NO bonaerense y el centro santafesino. En este junio del 2022 la situación de falta de agua es más grave que la del 2020. Para encontrar una situación más ajustada de humedad hay que retroceder a junio de 2009.
La intención de siembra del ciclo 2022/23 se ajusta a 6,2 M ha
La siembra está detenida en gran parte de la región pampeana, el avance de implantación es del 17%, contra el 30% del año pasado. La estimación triguera baja de 6,35 M ha (mayo) a 6,2 M ha. Respecto a la siembra del año pasado, el trigo caería un 10% en área por los graves problemas de falta de agua en los perfiles y en la cama de siembra en los suelos argentinos. Se trata de un descuento de 700.000 ha respecto al ciclo pasado. Con este nuevo escenario de siembra, y si el clima cambia y permite contar con condiciones normales para el desarrollo del cultivo, la cosecha triguera podría alcanzar los 18,5 Mt. El volumen estimado sale de tener en cuenta pérdidas de área en torno a 230.000 ha y un rinde de 31 qq/ha.
¿La última carta para el trigo?
Para buena parte del centro y norte de la región pampeana, entre finales de junio y los primeros diez días de julio se cierra la oportunidad de siembra. Si bien la ventana es más larga, pasarse de esas fechas requiere cambiar de ciclo y de semillas y tener mayores riesgos de enfermedades. Por eso, para muchos la posibilidad de lluvias en los próximos quince días es fundamental para finalmente sembrar o cambiar de cultivo. Los pronósticos de corto plazo indican el ingreso de otro frente de aire frío y seco que provocará un nuevo descenso de las temperaturas y el desarrollo de heladas, alejando la posibilidad de lluvias sobre la región pampeana. “Por el momento los modelos probabilísticos muestran que posiblemente deberemos esperar hasta la segunda quincena de junio para recibir algún alivio pluvial y, de ser así, la tendencia continúa favoreciendo al extremo noreste del país”, explica Aiello. Y lo dice porque hay un evento que podría dejar lluvias, pero lamentablemente, no serían suficientes y alcanzaría a un estrecho margen del este de Argentina. Se trata de un evento de lluvias entre el 14 y el 20 de junio. Pero llovería en el SE de Brasil y en Uruguay. Entre Ríos y el NE bonaerense tienen chances de sumar milímetros, cómo lo muestra la salida de la NOAA.
Fuente: GEA