“Timbúes va a ser otra cosa después de esta inversión”

El presidente comunal de Timbúes, Antonio Fiorenza, describe una realidad en pleno proceso de transformación: la inversión de USD 50 millones de dólares de una nueva planta traerá empleo, logística y nuevos desarrollos

La construcción de un puerto multipropósito de gran escala —que ya se encuentra en marcha— representa no sólo la mayor inversión privada en la historia de Santa Fe, sino también una oportunidad histórica para el desarrollo económico y social de esta comuna ubicada al norte del cordón industrial.

Se trata de 290 millones de dólares de inversión en el marco del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), recientemente aprobado a nivel nacional, y que en Santa Fe debuta con esta obra en Timbúes. El proyecto promete generar 300 nuevos empleos permanentes, más allá del movimiento actual de trabajadores en la etapa de construcción, y consolidar a la localidad como un polo logístico estratégico sobre el Río Paraná.

“Ya lo está teniendo ese impacto”, afirma Fiorenza, quien remarca que las obras comenzaron hace cerca de un año y que la presencia del nuevo puerto “ya se siente en la economía local”.

Una transformación en marcha

El proyecto —denominado Terminal Puerto Timbúes— comenzó su primera etapa con operaciones vinculadas al traslado de fertilizantes desde ProFertil hacia celdas recién construidas. Aunque la obra completa demandará cerca de cinco años, ya se están sentando las bases para un cambio estructural en la región.

La terminal se suma al entramado portuario de Timbúes, que ya cuenta con cinco puertos operativos. Pero este nuevo desarrollo se diferencia tanto por su magnitud como por el marco normativo que lo impulsa. Es la primera gran inversión que se inscribe bajo el RIGI en territorio santafesino, una señal clara de que los capitales privados ven en la región un potencial inexplorado.

Empleo local y capacitación

Uno de los ejes clave del proyecto es el empleo. Según Fiorenza, la empresa a cargo de la operación del puerto ha comenzado a contratar mano de obra local gracias al programa comunal denominado RIPI (Régimen de Incentivo para Pequeñas Inversiones), una herramienta complementaria al RIGI pero con foco en tributos locales y obligaciones concretas para las empresas, como contratar trabajadores de la zona.

“Estamos capacitando a operarios locales con cursos de Prefectura y formación específica para que estén preparados para ocupar estos nuevos puestos”, explica.

Caminos y deudas pendientes

El crecimiento también trae desafíos. El acceso vial a la zona portuaria ha sido históricamente un tema pendiente. Los caminos de ripio —si bien consolidados— requieren mantenimiento constante. La comuna ya asfaltó 700 metros y trabaja junto con la provincia para completar dos kilómetros más, hasta conectar con la obra de mayor escala que la administración provincial se comprometió a ejecutar.

“Hoy están ingresando entre 1.200 y 1.500 camiones diarios, incluso con lluvia. Los caminos se mantienen transitables, pero el objetivo es avanzar con asfalto, que garantiza otra durabilidad”, señala Fiorenza.

El desafío del crecimiento urbano

Con la promesa de nuevos puestos de trabajo y el efecto arrastre de la inversión, muchos trabajadores deciden mudarse a Timbúes. Y ese fenómeno también obliga a pensar en infraestructura urbana, vivienda, escuelas, salud y servicios comerciales.

“Timbúes era un pueblo rural hace 20 años. Ahora se está transformando. Tenemos tierras alrededor del casco urbano para crecer, pero falta acompañamiento del sector privado en comercio, hotelería, estaciones de servicio y otros servicios”, reconoce el presidente comunal.

A pesar de la cercanía con Rosario, Fiorenza sostiene que muchos optan por quedarse en Timbúes: “Hay gente que se cansa de viajar tres horas por día en colectivo y elige vivir acá. Tenemos buena salud, buena educación y tranquilidad. Pero aún falta desarrollo en muchas áreas”.

Lo que viene

Mientras la obra avanza, la mirada está puesta en el futuro. El crecimiento demográfico, la llegada de nuevas empresas y el fortalecimiento del perfil productivo de Timbúes no parecen ya una utopía, sino un escenario cada vez más tangible.

“Esto recién empieza. Timbúes va a ser otra cosa después de esta inversión”, asegura Fiorenza. Y no es difícil creerle.

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