Hay múltiples estudios que muestran estos cambios de comportamiento entre las generaciones. Uno reciente es el de la universidad Austral, que puso la mirada sobre los jóvenes y su percepción sobre el agro y los alimentos.
De acuerdo con el relevamiento, se observan grandes diferencias entre la Generación X (personas de entre 50 y 60 años) y la Generación Y – Millenials (personas de entre 18 y 29 años). En tan solo 20 años, se pasó de buscar la estabilidad, a experimentar nuevas oportunidades y abrazar la incertidumbre. De tolerar la diversidad, a celebrarla y exigirla. Se pasó de cuidar las apariencias a exigir autenticidad, y de vivir en el sacrificio a buscar el placer en lo que se hace.
Estas modificaciones parecieran poner el foco en la persona, el individuo presente. Sin embargo, la diferencia reside principalmente en el CÓMO se hacen o deben hacerse las cosas. Es decir, cómo comportarse en el colectivo, especialmente en la interacción con la naturaleza. Hoy en día, la percepción esta puesta en el Ecocentrismo, en lugar del Egocentrismo y, en esta línea, la generación de alimentos está siendo observada, al igual que toda la actividad humana.
La sociedad está creciendo exponencialmente en muchos aspectos, entre ellos, en cantidad de personas. Hasta hoy, la producción de alimentos dio respuesta a este incremento. Aun así, en la actualidad, 815 millones de personas padecen hambre y una de cada tres, malnutrición. Esto refleja el desequilibrio del sistema alimentario. Por tanto, en el sector agropecuario tenemos una responsabilidad en la generación de más y mejores alimentos.
Tenemos un sinfín de metas, pero, sin dudas, las más desafiantes son: mantener la armonía entre aumento de productividad y cuidado del ambiente; y validar la licencia social para operar. Para lograrlas debemos abordar tres ejes: Innovación y Sostenibilidad en los procesos productivos, y Comunicación para interactuar con la sociedad y validar la licencia para operar. Casafe y todas las empresas que la conforman trabajan incansablemente para cubrir estos frentes.
Hace más de 70 años promovemos, difundimos y capacitamos en Buenas Prácticas Agrícolas para una producción sostenible con las personas y el ambiente. Esto está dirigido a todo tipo de públicos, llegando a un promedio anual de 34.000 personas capacitadas. Además, contamos con un programa de certificación de depósitos de fitosanitarios que vela por el almacenamiento seguro de los productos fitosanitarios. Por otra parte, gestionamos más de 60 Centros de almacenamiento transitorios desde CampoLimpio y, para este año esperamos alcanzar las 3.000 toneladas de plástico recolectadas.
Asimismo, nos propusimos medir y compensar nuestra huella de carbono anualmente, sumándonos a los compromisos de las empresas de ser neutros para el 2050 a nivel global. Y, en esta misma línea, trabajamos para promover el incremento del mercado de biológicos. La cámara representa aproximadamente el 80% del mercado biológico argentino en términos de facturación. El 75% de nuestros socios producen alternativas de tratamientos biológicos, una solución que se complementa muy bien con los productos químicos.
Nuestra industria requiere de un gran trabajo y una amplia inversión en innovación, investigación y desarrollo. Representamos a una herramienta tecnológica que cierra la brecha entre la demanda de sustentabilidad de la sociedad y la mejora en la capacidad productiva. Los nuevos desarrollos tienen como eje central reducir el impacto en la naturaleza y la toxicidad.
Por último, en materia de comunicación, quienes producimos alimentos tenemos que facilitarle información al consumidor. Solo con datos y conocimiento disminuye la desinformación, el mito y el miedo.
Desde CASAFE trabajamos activamente la comunicación desde hace algunos años. Actualmente, estamos colaborando en una iniciativa que busca conversar con la ciudad desde los temas que le interesan al público urbano. El objetivo es mostrar que en nuestra vida diaria está el campo presente, aun en lugares, objetos y actividades poco comunes o menos pensadas.
La comunicación debe ser empática y poner en el mismo plano al productor agropecuario y al ciudadano. Tenemos que ser transparentes a la hora de contar cómo se generan los alimentos e insumos, porque lo importante es que los consumidores puedan elegir con información. También debemos ser respetuosos de las diferentes formas de consumo y producción, es decir, celebrar las diversidades, como lo hacen las nuevas generaciones.
Trabajar en la sostenibilidad, la innovación y la comunicación simultáneamente, trae equilibrio. Escuchar a la sociedad y contribuir con actores, públicos y privados, nos permite estar a la altura de las demandas que YA nos exige el futuro.
Autor: Federico Landgraf (Casafe)