Para el ex-ministro de economía, “hay un problema externo muy serio para toda América del sur, pero todas las economías que nos rodean se estuvieron adecuando a esta realidad que produce trastornos, que es la desaceleración de China, y lamentablemente la Argentina fue por el camino contrario, por lo cual aceleró un problema de adelanto cambiario, puso en jaque a la economía extra-pampeana, a la pampeana, a la industria exportadora y el turismo receptivo”.
En diálogo con Radio Colonia explicó que “Argentina al no hacer nada está revaluando. Nos comparamos con la moneda que se revalúa contra todas que es el dólar, y tenemos que compararnos con el Real, con el peso colombiano, esas son nuestras varas de medida. En la medida que reconocer esta situación se demora, se paga un precio extraordinario a nivel de actividad, perdida financiera en el sector industrial, turístico, hoteles vacíos y pérdidas de exportaciones. No veo alternativa para ser franco”.
El ex-ministro comentó que “la realidad es que en Chile el tipo de cambio pasó de 500 a 700, en Brasil de 1,50 a 3,50, en Colombia de 2.000 a 3.000. Esto fue porque los precios de lo que ellos exportan se cayeron y trataron de compensar eso de una manera inteligente para que la actividad no se les caiga y el empleo tampoco. Son políticas inteligentes, que atenúan, amortiguan y hacen menos gravoso el proceso”.
En tanto explicó al programa “Siempre que llovió, paro”, que “si no hay una adecuación, es muy difícil que se pueda competir. Nuestra vitivinicultura no va a poder competir más con la chilena si no arreglamos el tipo de cambio. El tema es que China, no sólo al desacelerar su crecimiento hizo caer su inversión, sino que devaluó y va a seguir devaluando fuerte contra el dólar. Si se niega eso, es como si uno ve que hay una tormenta con viento huracanado y yo digo que voy a despegar con el avión igual, se mata. No se pueden ignorar las circunstancias. En el caso general en Latinoamérica hay un reconocimiento de esa realidad, el único que no lo reconoce es Venezuela, y no es un buen indicador. Si en los tiempos en que se debió acumular reservas se las gastó, cuando se debió tener superávit fiscal, se dejó el Banco Central sin reservas, entonces no se acumuló la fortaleza, no se vacunó”.
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