Hace un mes se proyectaba un potencial de producción de trigo en torno a 20,5 millones de toneladas, partiendo de un área sembrada de 6,7 M de ha. Pero hay que tener en cuenta que en el mes de setiembre no ha habido lluvias importantes y ya hay un 30% del trigo en condiciones regulares a malas. Estuvo la posibilidad de sumar algunos milímetros en la región centro en las últimas 24 horas, pero no sucedió. Solo una parte del SE bonaerense recibió entre 4 y 12 mm, con un máximo registrado en Coronel Suárez de 18 mm. En oposición, en el año pasado, setiembre ayudaba a sostener al cultivo tras la brutal sequía del verano. En 2021, la campaña que terminó con un récord de producción de 23 Mt, tuvo una primera quincena de setiembre que perfilaba con un muy buen escenario para el cultivo. Sin lluvias importantes para mostrar, más allá de lo sucedido el martes, se exhiben en los siguientes mapas las últimas precipitaciones significativas, las que ocurrieron en agosto 2024 versus las de la primera quincena de septiembre de 2021 y 2023.
A nivel país, se muestra la comparación del nivel de humedad en septiembre de 2024, versus 2023 y 2022. Ahora la situación es peor que la del año pasado y está muy lejos del escenario hídrico del 2021, el año del record triguero.
Con 2 millones de hectáreas en condiciones regulares a malas, sobre un área sembrada total de 6,7 M ha, es muy difícil que no se observe un deterioro en los rindes futuros y, por lo tanto, afecte la proyección que, por ahora, está en 20,5 Mt.
La sequía vuelve a aparecer en el oeste y centro del país
Tras la recomposición que dejaron las lluvias de marzo, abril y los primeros días de mayo, prácticamente no ha llovido en el oeste y norte argentino. Particularmente afectada la provincia de Córdoba, se exhiben las lluvias acumuladas en lo que va del año. Las lluvias están en las medias, pero el problema es que el agua estuvo al principio del período, mientras que de junio a hoy, los acumulados están en torno a los 10 mm para la franja oeste.
Esto es se nota en las reservas de agua útil para el primer metro y considerando el consumo de una pradera de gramíneas para el centro y parte del norte del país.
El trigo cumple con sus etapas de macollaje, encañazón y espigazón con un déficit hídrico que se agrava en el norte y oeste del país. Los lotes de trigo de la provincia de Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, centro y norte de Santa Fe y norte de la Pampa y una estrecha franja del oeste de Buenos Aires son los más afectados. De las 2 millones de ha bajo condiciones regulares a malas, se estima que la distribución está entre 480.000 ha de Santa Fe, 400.000 ha de Córdoba y 230.000 ha de Buenos Aires.
En el sur de Santa Fe, el trigo experimenta una notable mejoría, pero del norte de Rosario para arriba siguen muy preocupados por la falta de agua. El norte y este de la provincia de Buenos Aires siguen en carrera para buenos a muy buenos rindes. En el bastión triguero, el sudeste bonaerense, las amplias zonas productivas de Tandil y Tres Arroyos, hay posibilidades de alcanzar rindes muy buenos a excelentes. Para las zonas afectadas por la sequía y que aún están a tiempo de revertir la situación, el comportamiento de las lluvias de los próximos 30 días será determinante para evitar que las pérdidas se incrementen. (BCR)