Se mantiene en 59 millones de tn la estimación de soja

El reciente informe del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que, tras la importante influencia del ingreso de aire húmedo del trópico que ocasionó fuertísimas lluvias en febrero, auxiliando a tiempo a los cultivos que acusaban el calor, llegó marzo, contrariando las condiciones que lo precedieron. Marzo se caracterizó por temperaturas más bajas y lluvias bastante por debajo de lo normal, en casi todo el territorio, excepto en el SO bonaerense, el Litoral y parte de San Luis.

Salvo un evento de lluvias en la Región Pampeana durante los días 18 al 20 de abril, el resto tuvo condiciones que incentivaron el progreso de las labores de recolección y ayudaron a mejorar el tránsito de los caminos.

Hasta fin de mes, la potencia de cosecha se desplegaba aprovechando las condiciones ideales para esa labor, y presionada por los pronósticos de lluvias inminentes. De esta manera, con lotes secos, las cosechadoras fueron arrebatando hectáreas a la tormenta. La zona que más se destacó por el avance fue la región núcleo ya que alcanzó a cubrir el 37% de los lotes de soja y arrojar un rinde promedio de 39 qq/ha. Pero, el porcentaje de avance de la recolección disminuye cuando se toma el total provincial. En Entre Ríos se llegó a cubrir el 6%; en Córdoba el 9%; en Santa Fe el 21% y en Buenos Aires el 8%.

En abril, las condiciones atmosféricas variaron abruptamente por un cambio de circulación y eso sumió a la región central en un temporal de lluvias. Hasta la mañana de este miércoles 13 de abril se registran acumulados de 70 a 270 mm en la región central, tal como puede apreciarse en la imagen:

 

Los resultados parciales de cosecha que se estaban obteniendo en áreas de Córdoba y especialmente de Buenos Aires indicarían que podría haber un margen de mejora en la producción total, pero también hay preocupación ante la continuidad del clima húmedo. Se espera que esta situación se prolongue incluso hasta el 16 de abril, agravando el impacto del gran volumen de agua caído. No hay un panorama claro de cuándo se pueden retomar las labores de cosecha; mientras más tiempo pase, más aumenta la incertidumbre en las principales áreas productoras. Las posibilidades de desgrane, más las áreas anegadas, las enfermedades y el brotado pueden traducirse en pérdidas de rendimiento, y, por lo tanto, de producción. Es difícil aseverar que habría un gran efecto sobre el volumen productivo porque gran parte de la evaluación se verá con la productividad unitaria que arrojen los lotes recolectados, pero, sin lugar a dudas, son demasiados días de humedad y lluvias. En este momento no se puede calcular el impacto cuantitativo sobre la producción, aunque definitivamente se va a notar un efecto negativo sobre la calidad comercial de la mercadería. 

El avance de la cosecha de soja llega al 13% del área, por lo que hasta que no haya nuevos datos de rendimiento se mantiene la estimación de producción en 59 millones de toneladas, que fue el guarismo expresado en marzo. Se parte de una superficie sembrada de 20,3 millones de hectáreas, una superficie no cosechable de 800.000 hectáreas —3,9% del total implantado— y un rinde nacional promedio de 30,3 qq/ha.

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