Los productos de poda y restos leñosos de la extracción urbana significan, en términos energéticos, un valor importante que puede ser utilizado por las industrias que se adapten tecnológicamente al uso de biomasa. Así lo demuestra un estudio realizado por el INTA de Oliveros y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR en la localidad de Pueblo Esther, situada a 18 km de Rosario. La importancia de la energía derivada de la biomasa radica en que es un tipo de energía renovable.
Por solicitud de la comuna de Pueblo Esther, el INTA de Oliveros (Santa Fe) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR realizaron un estudio que consistió en la evaluación de la cantidad de energía obtenida a partir del material proveniente de podas urbanas en dicha localidad.
La tarea se inició con un relevamiento del arbolado urbano para cuantificar los residuos de poda potenciales que se pueden obtener, y en función de ello, elaborar una propuesta para su aprovechamiento energético. La localidad de Pueblo Esther pertenece al Departamento Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, y está ubicada a 18 km al sudeste de la ciudad de Rosario y a 188 km de la de Santa Fe. Posee una población que alcanza los 10.000 habitantes aproximadamente en el verano.
Pueblo Esther se caracteriza por presentar árboles de alineación y numerosas casas de verano que cuentan con grandes espacios verdes arbolados. La vegetación más antigua data de 30-40 años, mientras que la nueva forestación tiene 10-12 años. Según el relevamiento realizado por la dirección de parques y paseos de la comuna, para diagramar la ordenanza de reforestación y planificación de la vegetación pública, se estimó una población de 5000 árboles maduros. Se observó, también, en algunos barrios, especies predominantes, como olmo, álamo y fresno americano.
Al arbolado de alineación se le realizan tareas de mantenimiento como la poda y/o extracción que responden a estas necesidades: despeje de cables de energía de baja y de media tensión, extracción de tocones secos, restablecimiento del equilibrio del ejemplar, extracción o recorte de ramas quebradas o peligrosas, despeje de luminarias, peatonal y vehicular, poda de formación.
Los residuos generados por las tareas de poda son ramas de diversos diámetros, leñosas y verdes, dependiendo del trabajo que se realice al ejemplar. En 2016 se generaron entre 5 y 6 toneladas diarias de residuos de poda.
La comuna de Pueblo Esther cuenta con una gestión integral de residuos urbanos sólidos (GIRSU), siendo los residuos de poda considerados como una parte de los residuos urbanos sólidos. Por ello surgió la necesidad de plantear alguna estrategia de aprovechamiento de estos residuos generados por las tareas de poda y raleo del arbolado urbano. El proyecto implementado por el INTA de Oliveros y la Facultad de Ciencias Agrarias se basó fundamentalmente en que los residuos de poda son considerados biocombustibles sólidos siendo posible su aprovechamiento energético, previo tratamiento.
El Ing. Forestal Francisco Cardozo, de INTA Oliveros, señala que ello fue confirmado por los resultados del estudio efectuado para determinar el poder calorífico de distintas especies. Los valores obtenidos demostraron que los productos de poda constituyen una importante fuente de energía renovable.
Cardozo indica que según el relevamiento realizado, en el arbolado de Pueblo Esther las especies que predominan son: Fresno 23,6%, Olmo 18,9%, Ligustro 15%, Álamo 7,7% y Sauce 6,4%. Analizando los pesos de recolección por especie, se observa que el Olmo es el que más kg aporta, con 35.319,2 kg en total, seguido por el Fresno con 10.176,7 kg y luego el Álamo y Sauce con 6.569,1 kg y 3.816,7 kg respectivamente. Del análisis del total del muestreo se obtuvo un peso total de recolección de ramas de 69.527,0 kg, que equivalen a 69 toneladas. También destaca que el poder calorífico determinado mediante un análisis efectuado en el INTA de Pergamino, muestra valores similares para todas las especies nombradas.
Sustentabilidad energética
La sustentabilidad ambiental se refiere a la administración eficiente y racional de los bienes y servicios ambientales, de manera que sea posible el bienestar de la población actual, garantizando el acceso a éstos por los sectores más vulnerables, y evitando comprometer la satisfacción de las necesidades básicas y la calidad de vida de las generaciones futuras.
Uno de los elementos para el logro de este principio es la política para la sustentabilidad energética, que busca incrementar la eficiencia energética y el aprovechamiento de las energías renovables. Dentro de las energías renovables se encuentra la energía derivada de la biomasa.
Los recursos biomásicos se encuentran disponibles en distintas formas o tipos, incluyendo cultivos energéticos dedicados, residuos de agricultura y forestales, plantas acuáticas, desechos humanos y animales, desechos municipales, etc.
La utilización de la biomasa para la generación de energía presenta la ventaja de que es constante y almacenable, no depende de la variabilidad meteorológica, es una solución para la reducción de residuos y efluentes y genera combustibles líquidos, gaseosos y sólidos (biocombustibles) que pueden ser almacenados, transportados y utilizados con los mismos sistemas de abastecimiento de los combustibles fósiles. (Fuente: Inta)
