Restablecer la admisión temporaria de soja y elaborarla en fábricas argentinas para reexportarla con valor agregado realizado en el país es una medida muy positiva para el complejo agroindustrial y el conjunto del país.
La medida que alcanza a países limítrofes es una decisión adoptada a través de medidas conjuntas de los Ministerios de Producción, a cargo de Francisco Cabrera, y de Hacienda y Finanzas, de Alfonso Prat Gay, propuestas por las resoluciones 5 y 7, respectivamente.
“Conforme a la experiencia recogida y al actual contexto económico corresponde tomar las medidas que permitan impulsar la actividad agroindustrial y la generación de valor agregado en el territorio nacional”, indicaron las normas en sus considerandos.
Además afirmaron que buscan “la plena ocupación de la capacidad industrial instalada, con la consecuente generación de empleo, sin que ello implique atentar contra la producción nacional de soja”.
La producción de soja paraguaya que baja por la Hidrovía Paraguay-Paraná sería de 9 millones de toneladas con destino a los mercados exteriores.
Al mismo tiempo las proyecciones de producción de la soja paraguaya, boliviana y brasileña dan cuenta de un crecimiento sostenido para varios años.
Paraguay se ubicaría como el cuarto exportador de soja detrás de los Estados Unidos, Brasil y de la Argentina, y producirá cerca de 9 millones de toneladas en el actual ciclo 2015-2016.
Mientras la capacidad de molienda de las fábricas argentinas está a 65% de su capacidad, por el menor volumen de producción y la mayor exportación de porotos a China, por la puertas de nuestras fábricas en el Río Paraná pasan millones de toneladas de soja que se producen en Paraguay para embarcar en puerto Palmira como poroto, sin ningún proceso de elaboración. ¿Por qué?
Porque en la Argentina estuvo prohibida la importación – admisión temporaria- de soja del Paraguay. Prohibición que fue dictada por un falso nacionalismo que profundiza el cierre de la economía y la pérdida de competitividad de la industria nacional.
En la actualidad por causa de esta restricción dispuesta en la argentina en los últimos años, se instalaron en Paraguay plantas para procesar soja, que hoy reclaman por la medida dispuesta de permitir la importación temporaria de soja en la Argentina, a pesar que se implantó con algunas limitaciones a su norma original.
Lo ideal sería que la próxima campaña 2016-2017, en la cual va tener efectos prácticos estas nuevas reglas de juego, se aplique con las correcciones correspondientes para darle previsibilidad a todas las partes que intervienen en la negociación.
Concretamente hay que salir de la unión aduanera del Mercosur e ir a una región de libre comercio entre todos los integrantes con las mismas reglas de juego para todas las inversiones que se instalen en cualquiera de esos países, para después poder negociar en conjunto con las otras regiones y países del mundo.
El crecimiento de la producción de grano en todas las zonas lindantes al afluente del Alto Paraná va a potenciar la necesidad de mejorar las condiciones de navegación de la Hidrovía hasta Curumba.
Inclusive muchas producciones del NEA y el NOA van a poder abaratar su flete por medio del transporte fluvial y ello demandará una gran inversión en barcazas para hacer más ágil y más competitiva la salida de la producción agrícola de toda esa cuenca.
La situación actual del país no admite desaprovechar ninguna alternativa para aumentar la capacidad de transformación en nuestras fábricas, tanto de la materia prima producida en el país como de la producida en los países vecinos.
Con más razón, si dicha transformación se exporta totalmente con mano de obra argentina, lo que significa empleo local, y genera mayores recursos por exportaciones e impuestos.
Hoy todos los países privilegian la importación de la materia prima para elaborarla internamente.
El caso de la soja es fundamental en la política futura con China que hasta hace una década era el principal importador de aceite de soja argentina, pero achicó sus compras después de los problemas comerciales que surgieron con nosotros y terminó demandando un volumen mayor de poroto de soja para elaborarlo en sus fábricas.
China desarrolla así una industria subsidiaria que carece de suficiente abastecimiento propio de poroto de soja en detrimento del aceite.
El nuevo escenario mundial y la situación de nuestra economía exigían que más rápido que pronto necesitamos integrarnos al mundo en forma competitiva.
La importación temporaria, que viene a suplir la faltante de soja a comienzo de año para mantener el funcionamiento las plantas industriales, es uno de los mecanismos imprescindibles para integrarnos, para darle previsibilidad y estabilidad a la industria local y para aquellos que invierten porque creen en el país, por lo tanto corresponde celebrar dicha medida tomada por el gobierno. (Autor: Arturo Navarro – Fuente: NA)